por Leonardo Ponce
Brutalism es el esperado regreso de la exbanda (ahora proyecto solista) de Jonny Pierce, The Drums.
La historia de la banda ha sido un ir y venir de integrantes, y de probar diferentes alineaciones para ejecutar las canciones en vivo, lo cual ha tomado un costo en el sonido, a veces para bien y a veces para mal. Lamentablemente éste es un ejemplo de lo último.
Una de las posibilidades de ser una banda de un solo integrante es que abre la puerta para una exploración en las letras en las que el contenido tiende a ser más personal. En esta ocasión nos encontramos con letras que dejan al intérprete en un estado de vulnerabilidad que no habíamos escuchado hasta ahora.
“Pretty Cloud”, el tema que abre el disco, nos sitúa ante un nuevo sonido y una nueva faceta. Brutalism mantiene la frescura que ha caracterizado la música de the Drums desde las primeras canciones que escuchamos de ellos pero ha perdido algo de fuerza. Es cierto que gran parte del sonido del proyecto se debe a la manera de componer de Pierce, pero es en este disco donde escuchamos una mayor distancia de sus trabajos anteriores. La voz es un elemento que desde el disco pasado ha sufrido cambios pero sin duda el cambio más notorio es la instrumentación. Mantiene esta facilidad para construir melodías sobre ritmos enérgicos que son muy seductores y fáciles de escuchar (como en la genial “Loner”), el único problema es que el disco tenía unos zapatos muy grandes que llenar y desafortunadamente no lo logra con éxito.
“Brutalism” la canción que da nombre al disco habla sobre un amor explosivo que no tiene límites pero que por esa misma naturaleza puede volverse algo destructivo. Y eso mismo funciona para explicar lo que pasa con este disco, en el que las historias que nos narra son tan personales que resulta difícil identificarnos con ellas, como si estuviéramos escuchando un disco que el artista hizo para él mismo, dejándonos fuera de la jugada. La canción también sienta las bases de la temática.Se trata de canciones sensibles que exploran temas “del corazón”, cuestión que Jacob, antiguo miembro de la banda, no hubiera visto con buenos ojos, pues le parecía que cualquier cosa que fuera “demasiado dramática” debía ser evitada en las letras. Pierce está solo ahora y se puede permitir eso.
En “626 Bedford Avenue”, Pierce narra la vez que salía con un “psicópata” del cual recibió menos de lo que había invertido emocionalmente. La canción es liderada por una guitarra acústica juguetona que nos remite a todo menos a una mala experiencia amorosa, pero esa es la magia de The Drums. Las guitarras punk siguen ahí pero están dentro de un nuevo contexto, como en el sencillo “Body Chemistry”, un track introspectivo en el cual el cantante se pregunta si sólo está deprimido o es que sabe demasiado del mundo .
Brutalism es el disco más personal en el catálogo de The Drums y es interesante escuchar a Jonny Pierce hablar tan abiertamente de sus sentimientos pero lamentablemente el disco es el menos sólido de su catálogo, en el que se sacrifica concepto por sentimiento y fuerza por sinceridad.