Al comienzo de la película, Billie Fletcher (Natalia Dyer) nos narra que ni siquiera siendo oriundo de Salem, eres capaz de conocer todas las historias originadas durante la infame quema de brujas del siglo XVII, mientras vemos como es arrestado su hermano Marcus (Asa Butterfield) mencionando que ahora las historias de true crime son las que atraen el interés de todos.
La siguiente escena nos muestra los acontecimientos del día anterior, cuando Jonah
Fletcher (Benjamin Ainsworth) el más joven de su disfuncional familia, escucha que lo
llaman desde una antigua y abandonada casa en el bosque de Salem, al entrar no
encuentra a nadie, pero ve un cuchillo el cual decide llevarse a su casa. Sin saberlo,
esto causa el despertar de una antigua maldición.
Con esta prometedora premisa, los coescritores y directores Eren Celeboglu y Ari
Costa nos presentan All Fun and Games, titulo original de la película, la cual, a pesar
de ser entretenida, es una mala mezcla de varios subgéneros, dando como resultado
un proyecto totalmente olvidable.
Al mencionar true crime y ver policías, se podría esperar una trama de un joven
asesino serial, pero esto es rápidamente desechado, al introducir el cuchillo maldito,
con el cual llegan elementos de películas de posesión, slasher, y hasta los niños como
origen del mal, pero sin ahondar en ninguno.
La motivación de la bruja para elaborar y maldecir el cuchillo es de lo mejor de la
cinta, pero se ve opacado ante los “juegos” que el espíritu decide emplear, en especial
el de los “ahorcados”.
Aunque estos se pueden tomar como el intento de los directores para presentar
muertes ingeniosas típicas de los slasher, carecen de lo gráfico característico del
subgénero.
En las actuaciones sobresalen Butterfield y Ainsworth, quienes logran transmitir de
manera convincente la relación de hermanos, y todas las emociones que transitan
durante la película.
Quien decepciona es Dyer, pues parece que interpreta una mala copia de su famoso
personaje de Stranger Things, aunque parte de la culpa se le puede adjudicar al pobre
guion de la cinta.
Con esta obra, Joe y Anthony Russo, quienes fungen como productores, mantienen la
tendencia al igual que Marvel Studios, de no lograr una buena película después de
End Game -el resultado del volumen 3 de Guardianes de la Galaxia es mérito de
Gunn- si bien Juega o Muere logra entretener, no es una película que valga la ida al
cine, es preferible esperar a verla en plataformas.