Angela (Lidya Jewett) y Katherine (Olivia O’Neill) son dos adolescentes que al salir un día de clases se van al bosque para hacer un ritual con el que la primera intenta contactar a su madre, quien murió al darla a luz. Para ellas, solo fueron unas horas lo que estuvieron fuera, sin embargo, estuvieron perdidas por tres días y algo más volvió con ellas.
Así comienza El Exorcista: creyentes, coescrita y dirigida por David Gordon Green y producida por Blum House, quienes buscan tener una nueva trilogía de horror, como la que recién terminaron de Halloween.
El aventurarse a realizar una secuela de la que quizás es la mejor película de terror, El Exorcista (Friedkin, 1973), es un proyecto muy ambicioso, el cual ya resulto en un fracaso con El Hereje (Boorman, 1978) y eso que dicha cinta contaba con el regreso de Linda Blair y la incorporación del gran Richard Burton. Tristemente, Gordon Green tampoco logra sacar a buen puerto este intento.
La película tiene muchos problemas, trama predecible, ritmo que se cae después del primer acto, pero quizás el peor de todos, es la manera en que desaprovechan a Ellen Burstyn.
Toda la publicidad de la cinta, especialmente los tráileres, se ha basado en el regreso de la ganadora del Oscar, interpretando nuevamente a Chris MacNeil, la madre de Regan, sin embargo, en toda la película no sale mas de diez minutos.
Y como lo han hecho en otras secuelas actuales, el personaje de nostalgia que conecta con la película original se encuentra en estado ermitaño, sin rumbo, derrotado. Se une a los malos regresos mostrados en Star Wars, Indiana Jones y la misma Halloween.
El otro gran problema, es el intento de inclusión religiosa que nos presentan, si bien no es nuevo ver ritos de otras religiones en la franquicia, aquí arman un equipo multi religioso, con la llegada de un miembro del equipo de ultimo momento al mas puro estilo de película de superhéroes, lo cual además de sentirse forzado, no embona con la preminencia católica que han tenido las otras películas e incluso a serie de televisión.
Lo único rescatable de esta producción, son las actuaciones de todo el elenco, pues a pesar de tener muy poco con que trabajar, logran transmitir muy bien todo por lo que están pasando, en especial Jewett y O’Neill al revelarse el destino de sus personajes.
Aunque a la película no esta funcionando en taquilla, las secuelas serán inevitables, pues el estudio pago 400 millones de dólares por los derechos de la franquicia, por lo que buscaran a toda costa recuperar la inversión, aunque al parecer, lo único a lo que no están dispuestos es a buscar a un buen guionista y a un director talentoso, para continuar con esta historia.