por Paty Rodríguez
[av_dropcap1]D[/av_dropcap1]esde su lanzamiento en julio pasado, no hemos podido permanecer indiferentes al nuevo álbum de Gorillaz.
Hace poco más de un mes, la agrupación agotó las entradas para su próximo concierto en el Palacio de los Deportes en la Ciudad de México, que forma parte de su gira “The Now Now Tour”. El tiempo pasó rápido, y dentro de tan sólo cuatro días tendrá lugar su esperada presentación, así que tenemos una perfecta razón para volver a sumergirnos en este interesante disco antes de emocionarnos escuchándolo en vivo el próximo miércoles.
The Now Now se despliega como una obra novedosa con respecto al trabajo anterior. El álbum dista mucho de su predecesor, Humanz, el disco con el que regresaron después de una ausencia de siete años. También se aleja un poco del caos de géneros musicales que destaca en el resto de sus álbumes. Ahora nos encontramos ante un proyecto más amable y digerible musicalmente hablando, sin dejar de ser ecléctico y sin que sus letras abandonen un trasfondo más profundo.
“Humility”, la canción con la que abre el disco y que cuenta con la colaboración de George Benson, nos recibe con una apertura alegre; se ha dicho que tiene una clara vibra veraniega y es cierto: uno podría poner Humility durante unas vacaciones relajadas en la playa y el ambiente quedaría perfecto. Pero la letra va más allá: Damon Albarn “llama al mundo de su aislamiento” en el primer verso. El cofundador de Gorillaz, Jamie Hewlett, declaró al periódico británico The Times que en la canción se encuentra la idea de que ha llegado la hora para llegada de nuevo héroe o poeta que motive a la generación joven, y 2D, el vocalista virtual de la banda, se convierte en él.
El álbum continúa con “Tranz”, una canción llena de energía, que con su excelente fusión de la electrónica y el beat rockero se presta mucho al baile y la fiesta. “Hollywood”, la siguiente pieza, presenta una muy bien lograda colaboración con Snoop Dog, quien hace una sátira de la vida de las estrellas y celebridades. Por su parte, el pasaje instrumental “Lake Zurich” es perfecto para un ambiente psicodélico y festivo.
En The Now Now también nos encontraremos con baladas como “Kansas”, donde la letra canta su necesidad de superar con madurez lo que probablemente sea una ruptura. “Idaho”, por otro lado, es una hermosa canción cuya música genera una atmósfera etérea, mientras Albarn canta una experiencia en este lugar de una manera muy poética y descriptiva.
En cuanto a “Magic City” y “Fire Flies”, debemos reconocer que son grandes canciones que con sus arreglos musicales y sintetizadores logran crear un ambiente onírico que encuentra sus clímax en sus respectivos coros. La temática de ambas, sin embargo, contrasta mucho entre sí: mientras la primera expresa fascinación y grandilocuencia, la segunda se basa más en la angustia y el miedo de la voz cantante.
El disco cierra con “One Percent” y, finalmente, con “Soak Eye”. La primera es una balada oscura, con largos pasajes instrumentales, manteniendo el tono sublime que el álbum ha alcanzado hasta este punto. La segunda va en la misma línea, pero añade progresivamente una percusión que le otorga una esencia un tanto más animada.
Creo que escuchar este disco en vivo será una gran experiencia: el eclecticismo del álbum ofrecerá a los fans un espectáculo con múltiples y variados puntos cumbre, llevándolos desde la fiesta hasta la melancolía.