Hace un par de días, falleció el talentoso músico y compositor alemán Florian Schneider, miembro fundador de Kraftwerk. La partida del artista conmocionó a millones de fans y músicos alrededor del mundo, y es que sin las creaciones revolucionarias de la banda alemana, el panorama musical de las últimas cuatro décadas no sería el mismo. Kraftwerk tiene una importancia mayor de la que cualquiera podría pensar y hoy, exploraremos brevemente su música y su legado.
Los orígenes de Kraftwerk se remontan a finales de los años sesenta, cuando Schneider, nacido en 1947, estudiaba música clásica en el reconocido conservatorio Robert Schumann de Düsserldorf. Fue donde conoció a quien sería su compañero fundador de la banda, Ralf Hütter. Ambos tenían inquietudes musicales afines, así que durante un tiempo se organizaron para tocar juntos como dúo bajo el nombre de Organisation. La simiente de Krautrock había nacido.
Tanto Schneider como Hütter decidieron rebelarse contra los preceptos clásicos y tradicionales de la música que aprendieron y replicaron por años: “No queríamos terminar interpretando a Mozart y a Beethoven en nuestra sala de conciertos local. Nos hicimos la pregunta, ‘¿a qué suena Alemania hoy?’ Ese era nuestro punto de partida” declaró Hütter. Con esta seguridad, ambos músicos comenzaron su gran proyecto: Kraftwerk, cuya traducción al español sería “planta de energía”.
Antes de continuar, es conveniente internarnos un poco más en el contexto musical en el que se insertan las creaciones de Kraftwerk. Durante estos años, el mundo de la música palpitaba con los resabios del auge psicodélico magnificado por The Beatles, Cream y Pink Floyd, mientras las bases del rock progresivo comenzaban a despuntar con grupos como Yes y Genesis. El panorama estaba dominado por Estados Unidos y Gran Bretaña, pero también había novedades significativas en otras latitudes.
Es aquí donde entra el Krautrock: un movimiento alemán inspirado en las tendencias de la época, pero con un rumbo completamente distinto. Bandas como Can, Neu! y, por supuesto, Kraftwerk, han sido identificadas en esta corriente. Por lo general, y al igual que los melancólicos artistas del rock progresivo, los músicos del Krautrock tenían una sólida formación musical académica; sin embargo, a diferencia de los primeros, los alemanes apostaban por nuevos sonidos, se concibieron como músicos del futuro, y aunque sus nombres no resonaron demasiado en el imaginario popular, abrieron las puertas a numerosas posibilidades musicales
De esta manera, la banda de Hütter y Schneider emprendió su camino. Más músicos se unieron al proyecto, se definieron como “químicos del sonido” y realizaron experimentos musicales fascinantes; Schneider, por ejemplo, diseñó sus propios instrumentos, como flautas electrónicas y varios tipos de sintetizadores. Después de tres álbumes iniciales llenos de improvisación y exploraciones, llegó en 1974 la obra que los catapultaría a la fama: Autobahn, una sinfonía electrónica de 22 minutos que evocaba un largo viaje a través de las carreteras alemanas.
Autobahn llamó la atención de la BBC e invitó a Kraftwerk para presentar una versión recortada de la canción a 3 minutos. Esta novedosa “machinemusik” se convirtió en un éxito en ambos lados del Atlántico, pese a las ocasionales críticas negativas que, evidentemente, no comprendían la trascendencia y el potencial de estos nuevos sonidos. “Mantengan a los robots lejos de la música, por Dios”, decían. Kraftwerk retomó con humor estos comentarios y en 1978, ellos mismos fueron pioneros en caracterizarse como robots.
El sonido de la banda fue evolucionando gradualmente hasta convertirse en algo más mainstream, conforme el uso de sintetizadores y toda clase de elementos electrónicos se hacía más común en los ochenta. Para este punto, no cabía duda de que Kraftwerk fueron fundamentales en el camino de la música electrónica: la banda alemana dio paso al surgimiento de íconos como Pet Shop Boys, Depeche Mode, Joy Division, The Human Leage y más. Al mismo tiempo, David Bowie los admiraba profundamente.
“Para cualquiera en nuestra generación involucrado en la música electrónica, Kraftwerk fueron los padrinos”, ha dicho Martin Gore acerca del legado de la banda alemana. Si bien a lo largo de los ochenta disminuyó la producción musical de Kraftwerk, su influencia no se detuvo: las creaciones de la banda tuvieron una presencia importante en el hip hop de los noventa. Todos samplearon y reinterpretaron su música, desde Dr. Dre y los Chemical Brothers hasta Justin Timberlake. Incluso en “Talk” de Coldplay podemos encontrar elementos de la canción de Kraftwerk, “Computer Love”.
Florian Schneider abandonó en 2009 la banda, que aun está activa y hasta hace no mucho seguía ofreciendo giras. Más de 15 músicos diferentes han formado parte de Kraftwerk: cuando menos, Hütter y Schneider lograron ser testigos de la manera en que sus creaciones moldearon el mundo de la música.
A continuación, algunos de los álbumes indispensables de Kraftwerk.