Avengers: Infinity War (reseña): Los elementos del caos

por Hugo Juárez

El siguiente texto NO contiene spoilers de la trama de la película

Debo confesar que desde que supe de la existencia de este proyecto, muchos pensamientos pesimistas pasaron por mi mente. Primero, porque el universo cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) ha tenido varios altibajos que para nada garantizan la calidad de las películas subsecuentes.

Segundo, por este coctel de elementos que, individualmente, tienen demasiada carga emocional y dramática como para crear armonía entre sí:

• Más de dos decenas de actores de primera
• Personajes entrañables, reconocidos y emocionalmente poderosos
• Muchas locaciones
• Batallas espectaculares
• Un villano extrapoderoso
• Muchos misterios por resolver
• Humor y drama al mismo tiempo

Pero así como las piedras del infinito, que separadas son formidables pero juntas representan el poder más grande del universo, los Russo supieron conjuntar todos estos elementos (y más) para crear una de las películas más efectivas de este año y una de las mejores del MCU.

Para entender mejor el por qué esta película funciona, no hay que concentrarnos en ninguno de los superhéroes, sino en Thanos, quien es realmente el protagonista (un gran acierto de los guionistas) y, como tal, muestra cambios en su carácter y en su persona que cohesionan todos los elementos alrededor de él y le da un sentido realista y muy entretenido a los 150 minutos que dura.

El objetivo de Thanos es obtener todas las piedras del infinito, algo que ya sabías si es que viste las películas anteriores; sin embargo, lo que sorprende es la forma en que las va obteniendo, proceso que nos lleva como espectadores a muchos mundos donde se llevan a cabo sendas batallas, aderezadas con romance, nostalgia, sacrificios, giros de tuerca, easter eggs, despedidas, clichés y efectos especiales. Por lo anterior, no es exagerado decir que esta película tiene todo, y su buen ritmo y edición la convierten en un acontecimiento no sólo apto sino también disfrutable para todo público, incluyendo aquél que no sepa nada de los cómics o no haya visto las películas anteriores (aunque si eres fan, verás que cada película del MCU tiene algo que ver con Infinity War).

Algo que me preocupaba mucho era saber cómo iban a convivir tantos personajes en una sola trama, pero esto se resuelve muy bien, primero porque no perdemos tiempo en conocer el origen de ninguno (pues se supone que ya los conocemos), pero también porque todos y cada uno tienen algún momento especial que está bien equilibrado con los de los demás. Obviamente, si tú eres fan de algún personaje vas a querer que salga más y creerás que la trama está desbalanceada, pero siendo objetivos, esto no es así.

Sin embargo, a pesar de que ya conoces a todos los personajes, el guion se las arregla por darnos varias sorpresas y sobresaltos, sobre todo al final, que aunque me parece un poco abrupto y definitivo, da pie a querer saber con muchas ansias cómo se resolverá todo, tanto en la secuela de 2019 como en el debut de Captain Marvel.

Infinity War es la cúspide del MCU, uno de los productos de entretenimiento más relevantes de la historia y, como fenómeno de masas, nos recuerda que los seres humanos seguimos cayendo en la magia de las fórmulas comprobadas, pero también que siempre estaremos en busca de algo extra que nos haga pagar la entrada a los cines. Esta película lo tiene, aunque sean elementos sutiles y clásicos que no inventan el hilo negro, pero esas ligeras variaciones bastan para enamorarnos y dejarnos hambrientos de más cine de superhéroes tan fantástico como éste.

Esto es entretenimiento puro y duro que te hará pasar un buen momento, tal vez sin cambiarte la vida, pero por lo menos saldrás del cine pensando que cada peso invertido (y tanta espera) valió la pena. ¿Se agotará esta fórmula algún día?

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