En este video ensayo hago un análisis comparativo entre mother! de Aronofsky y la cinta erótica ochentera Nueve semanas y media de Adrian Lyne con el cuento clásico Barba Azul de Charles Perrault.
¿Quién no conserva en su memoria un gabinete de Barba Azul que no hubiera debido abrir ni entreabrir?
Bachelard, La poética del espacio, 194
Los cuentos clásicos de Perrault han sido motivo de diversas reinterpretaciones y adaptaciones para distintos medios de entretenimiento, desde antologías de libros ilustrados y novelas, hasta películas. Pero existe uno que ha despertado interés particular en folcloristas y cuentacuentos por ser especialmente violento. Hablo de Barba Azul.
El rico y misterioso conde Barba Azul buscaba a una joven a quien desposar. Las mujeres que pretendía le huían por tener una barba tan rara, pero después de hacer una fiesta en su honor, una jovencita accedió a casarse con él. Barba Azul le dijo que todos los tesoros del castillo eran de ella y ella se sintió la chica más feliz del mundo, hasta que un día su marido anunció que tenía que salir de negocios por seis días. Le entregó un gran manojo de llaves y le dijo que podía entrar a cualquier habitación del castillo, luego le mostró una llavecita especial y le dijo: “ésta, abre la habitación al fondo del último pasillo del sótano, no importa qué hagas, no la abras, si lo haces me daré cuenta y tendrás que vértelas con mi furia.”
La chica prometió obediencia pero por más que lo intentó no logró sacarse la tentación de la cabeza. Entonces lo decidió, bajó apresurada las escaleras y llegó hasta la puerta prohibida. Se detuvo por unos momentos a pensar en la furia de su esposo, pero la curiosidad pudo más y la joven giró la llave.
Detrás de la puerta estaban, descuartizadas, todas las esposas pasadas de Barba Azul.
La mujer trató de ocultarlo, pero la llave se tiñó de sangre y Barba Azul se dispuso a terminar con ella cuando se dio cuenta de la desobediencia. En la narración, la muchacha se salva por medio de artimañas, pero no todas las mujeres que caen en las garras de un Barba Azul tienen la misma suerte.
Es común que veamos reinterpretada de muchas maneras este cuento que se ha vuelto un arquetipo representativo del hombre maduro, seductor y manipulador que pone ahí la tentación por el puro gusto de impartir el castigo.
En Mother! de Aronofsky, además de los evidentes referentes bíblicos, encontramos guiños a Barba Azul y a su versión italiana, La nariz de plata, que es la misma historia con las siguientes variaciones: el hombre no tiene una barba de color azul sino una nariz hecha de plata y en vez de guardar a sus ex-esposas descuartizadas, las tiene ardiendo entre las llamas del infierno dentro de una pequeña habitación del castillo y el hombre es la encarnación del mismísimo demonio.
La cinta de Aronofsky inicia con la imagen de una mujer que muere incinerada, pero todo resurge de entre las cenizas y una nueva mujer, interpretada por Jennifer Lawrence, despierta.
La mujer es ama y señora de su casa, pone toda su energía para que sea un sitio hermoso, lleno de armonía, pero en el interior de la mansión hay algo oculto que late, algo oscuro, sangriento.
Ella pone todo su empeño en agradar al hombre a quien ama con toda el alma y por quien haría lo que fuera. El hombre, interpretado por Bardem, se comporta encantador ante la gente, incluso ante los más desconocidos, descuidando y poniendo en grave peligro a su mujer.
Esta variante de Barba Azul que presenta a una mujer completamente volcada por el hombre que la humilla constantemente. Retrata a un individuo que se muestra encantador ante la sociedad, y sólo despliega su desequilibrio mental y emocional ante la mujer, misma que, si intentara decir las cosas terribles que vive en casa, ni su madre ni el cura le creerían como ocurre en la interpretación de Barba Azul hecha por Luis Buñuel en la película Él.
En Mother! no hay cuartos prohibidos, sólo un muro detrás del que yace la historia de la mujeres pasadas, esas que se han sacrificado por el poeta una y otra vez, incontables veces a lo largo de no sabemos cuántas vidas.
Y cada vez, el artista extrae un tesoro de las cenizas para volver a empezar su historia.
A diferencia del cuento, en la cinta, la mancha sanguinolenta es generada por el primer asesinato de la historia de la humanidad. Los hermanos que pelean representan a Caín y Abel y la casa es una metáfora de la Madre Tierra, donde, a partir del asesinato de su hermano, Caín deja la Tierra manchada de sangre para siempre. Entonces, esta mancha indeleble se transforma en un recordatorio de la barbarie de la raza humana que sólo es visible para la mujer.
Aronofsky entrelaza las referencias bíblicas con el cuento fantástico a través de los siguientes elementos:
El arma asesina que usa Caín para matar a su hermano es el pomo de una puerta, que en este caso sustituye a la llave que entrega Barba Azul a su esposa. Ambos son implementos que sirven para abrir puertas. El pomo queda manchado de sangre tras la pelea y no sólo eso: esta pelea tiñe de rojo todo: el rostro de la Mujer, el piso, al torso del poeta… y es la propia sangre la que guía a la mujer a encontrar un misterio mucho más perturbador: Parece que la sangre brota de la casa que está viva. Hay algo que late dentro y quiere revelarse.
En este momento, la mujer, al igual que la esposa de Barba Azul, se queda sola en casa y es la sangre quien la guía hasta la cámara donde ella también morirá. Al derrumbar la pared, sale un sapo.
Este detalle, aparentemente insignificante, puede tener muchos significados:
A lo largo de la historia, el folclore, la mitología y los cuentos de hadas, están plagados de ranas y sapos.
En algunas culturas como la egipcia, el sapo representa la fertilidad. Y, si pensamos que pronto la mujer quedará embarazada, el sapo podría fungir como un heraldo de esto.
Pero pensemos también en la metamorfosis que tiene que sufrir este animal para transformarse en lo que es: de renacuajo insignificante a sapo adulto, por eso es natural que el sapo también sea símbolo de muerte-renacimiento además de ser considerado cuidador de los secretos de la transformación. Para los chinos, el sapo es un mago y embustero capaz de salir ileso de brujerías y hechizos, manteniendo y guardando los secretos del universo, como el secreto de la inmortalidad.
En ese sentido, el sapo que sale de la cámara sangrienta podría representar al hombre, quien es este mago embustero que a través del engaño y de matar una tras otra a sus mujeres, se mantiene inmortal.
A su vez, podría representar a la mujer, que, aunque cambia de piel como el sapo, sigue renaciendo de entre las cenizas y es la madre inmortal de la humanidad como se ve más adelante en la película.
Sea como sea, al destapar el secreto del hombre, el sacrificio y el terror se han puesto en marcha.
Ahora veamos a este otro Barba Azul: John, interpretado por el entonces súper atractivo Mickey Rourke.
Nueve semanas y media, dirigida por Adrian Lyne, es un filme erótico de 1986 que muestra la relación sadomasoquista entre un magnate de Wall Street y la dueña de una galería de arte en Nueva York.
Al igual que en Mother!, esta mujer adora a su hombre y haría lo que fuera por él y con él… al menos durante las nueve semanas y media que dura su relación.
Barba Azul está presente todo el tiempo en la cinta, pero se hace más evidente cuando John le dice a Elizabeth, interpretada por Kim Basinger, que tiene que salir, pero que por favor se quede ahí hasta que regrese.
John se va y Elizabeth, tras horas de aburrición, es víctima de la misma curiosidad que ataca a la esposa de Barba Azul; abre clósets y cajones. No encuentra mujeres descuartizadas o incineradas, pero sí fotos de las antiguas novias de John. En este caso la cámara sangrienta es un cajón y en vez de muertas hay fotografías.
Pero John no necesita de llavecitas sangrantes para darse cuenta de la traición, él la huele a la distancia y le llama por teléfono a Elizabeth para hacerla confesar que ha metido las narices donde no le llaman y más tarde, regresa para impartir su castigo.
Y, aunque nada justifica los maltratos de John, lo que ocurre en 9 semanas y media hace evidente que la cámara sangrienta de Barba Azul no es si no ese espacio íntimo del hombre en el que guarda sus secretos y que, cuando la mujer lo trasgrede por curiosidad, trasgrede mucho más que los secretos.
O sea, para que me entiendan, es como si Elizabeth se hubiera metido a checarle el Whatsapp a John.
Regresando a la cinta, a partir de que Elizabeth confiesa su pecado, las vejaciones van in crescendo hasta que no aguanta más y lo abandona.
La mujer llora por las calles de Nueva York, sin saber que ha salido viva de donde muchas otras han perecido, pero quizá ahora ocupa un lugar al fondo del cajón, en la colección de corazones rotos de Barba Azul.
Fuentes:
Aronofsky, D. (2017) Mother!, Protozoa Pictures.
Bachelard, G. (1992) La poética del espacio, Fondo de Cultura Económica.
Buñuel, L. (1952) Él, Producciones Tepeyac.
Lyne, A. (1986) Nueve semanas y media, PSO, Jonesfilm, Galactic Films.
Tatar, M. (2002)The Annotated Classic Fairy Tales, W.W. Norton & Co. Inc.