Newt Scamander (Eddie Redmayne) el famoso magizoólogo, se encuentra cuidando el parto de una qilin, una criatura mágica parecida a un venado, la cual es de vital importancia para el futuro del mundo mágico. Así comienza la más reciente entrega de la fallida franquicia Animales Fantásticos, la cual es dirigida nuevamente por David Yates: Los secretos de Dumbledore.
A diferencia de las novelas de Harry Potter, esta franquicia nunca mostró un estilo claro, además agregó elementos que contradecían lo mencionado en los libros y películas del joven mago, lo cual irritoóa los fans, más tomando en cuenta que los guiones corrieron a cargo de la mismísima J.K Rowling.
Para esta entrega, el estudio trajo de vuelta a un viejo conocido, Steve Kloves, quien fue el encargado de adaptar todas las novelas de Potter al cine, con la esperanza de dar más sentido a la trama.
El resultado se logra a medias, y es que el problema es que la trama es bastante simple y podría resolverse en media hora, sin embargo, la estiran con subtramas innecesarias, tratando de justificarlas con que son la única forma de combatir el poder del enemigo de ver el futuro.
Desde la cinta anterior, el supuesto protagonista perdió atención de la trama y el público, ante la aparición de una versión joven del querido profesor Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore (Jude Law). En esta ocasión, tanto él como su familia toman el protagonismo de la cinta, al grado de que su ilustre apellido se encuentra en el título.
Ante este cambio, personajes como Credence (Ezra Miller) y Tina (Katherine Waterston) también pierden tiempo en pantalla, y algunos como Nagini (Claudia Kim) desaparecen por completo y ni se mencionan, al igual que la alegoría del racismo en Estados Unidos.
Evidentemente el mayor cambio en los personajes es el de Gellert Grindelwald, quien ahora es interpretado por Mads Mikkelsen, el tercer actor en tomar el papel en esta trilogía, quien deja de lado el tono caricaturesco de la versión de Johnny Depp, y brinda una versión mas seria, la cual está más en línea con la mostrada por Colin Farrell, pero mantiene ese carisma que Depp le aporto al personaje.
Además de ser una versión más ad hoc con el giro político que toma el personaje, resalta la buena química en pantalla que muestra con Law, realmente proyectan ser dos enamorados que se extrañan, pero que saben que están en bandos contrarios.
Lo único criticable de este Grindelwald es su vestuario, pues para ser alguien que desprecia a los muggles, al grado de querer declararles la guerra, resulta inverosímil que se vista como uno, a diferencia de Voldemort, quien si vestía como mago.
Cabe aclarar que este tipo de incongruencias se le pueden atribuir a Yates, quien a pesar de ser el único en dirigir películas del mundo mágico desde La orden del Fénix (2007), ha demostrado que tiene poca habilidad para resaltar la magia. De hecho, los pocos elementos interesantes son los que heredo de sus antecesores Cuarón y Newell.
Salvo en el duelo de Dumbledore con Voldemort, desde su llegada los hechizos mostrados en pantalla perdieron sus colores característicos, y la mayoría de los personajes a pesar de ser magos, visten más de forma muggle.
Los duelos mostrados en Los Secretos de Dumbledore, aunque interesantes, no logran la espectacularidad del ya mencionado, pues se desarrollan en un plano paralelo que parece copia de la dimensión espejo del Doctor Strange, lo cual resta sensación de peligro, y los hechizos son poco vistosos.
El futuro de esta pentalogía es bastante incierto, pues se ha visto envuelta en escándalos por declaraciones de Rowling, y los problemas legales de Deep y Miller, los cuales han generado un gran desencanto entre los fans, pues no les ha gustado ni la forma en que Warner ha manejado los escándalos, y más importante, lo mostrado en pantalla, lo cual se vio reflejado en que la película anterior no fue el éxito en taquilla esperado por el estudio.
Afortunadamente esta película, a pesar de todas sus fallas, loga cerrar de manera decorosa, las tramas de Newt, Tina, Queenie y Jacob, planteadas desde la primera entrega, por lo que al menos tenemos una conclusión, en caso de que Warner no quiera seguir haciendo películas de Animales de Fantásticos.
