Para las nuevas generaciones Bob Ross simplemente es un meme que anda circulando por las redes sociales. Para los que están un poco más informados o se dedican a alguna área del arte lo pueden ubicar como un extraordinario pintor de paisajes que tenía un exitoso programa de TV durante la década de los 80 y parte de los 90.
El nuevo documental de Netflix “Bob Ross: accidentes felices, traición y codicia”, explora la vida de Bob y su círculo de fans, así como los aspectos de su carrera que pasaban desapercibidos para la cámara.
Al artista creador de hermosos cuadros y frases inolvidables como: “árboles felices”, también lo siguieron una serie de sucesos no tan felices que formo un imperio de codicia y abusos por los que en algún momento se dijeron sus amigos.
Ross inspiro a millones durante sus 31 temporadas que duro su programa “La alegría de pintar”, fue un tipo agradable que hipnotizaba con su manera de pintar así como en la manera de hablarle a sus televidentes. Animaba y motivaba a su audiencia de artistas en ciernes con frases como “accidentes felices”, que era su manera de ver alguna equivocación al estar trabajando un cuadro, se sentía la amabilidad en cada palabra y trazo que hacía.
Los esposos Walt y Annete Kowalski fueron en gran medida responsables de encumbrar la carrera de Bob, pero con un enorme precio. Los Kowalski a la vez que ayudaban a colocar el programa en los primeros lugares de popularidad, también empezaban a tomar las riendas la marca de pintura y otros productos Bob Ross, Inc.
Poco a poco los Kowalski se fueron apoderando de la marca hasta que terminaron por adueñarse de todos los derechos una vez que Bob Ross falleció de linfoma en 1995 a la edad de 52 años.
El documental señala que los Kowalski intentaron que Ross les firmara los derechos de su nombre e imagen en su lecho de muerte. Steve Ross dijo que llamaron “a diario” en un intento de que Ross estuviera de acuerdo, pero él se negó. Así mismo se menciona, que Bob se casó con una enfermera que conocía desde hacía unos meses en un intento por evitar a los Kowalski; ellos no se presentaron al funeral de su padre, ¿hasta dónde llega la ambición y la codicia?
Steve Ross, su hijo, narra este y otros hechos que a su vez son acompañados de otros testigos cercanos a la familia para denunciar el atropello que ha generado millones de dólares de los cuales él no ha recibido ni un centavo.
Hoy por hoy Bob Ross sigue siendo un ícono en el mundo, un ícono que únicamente buscaba enseñar y compartir el placer de pintar. En YouTube se pueden encontrar muchos de sus programas y te aseguro que la pasaras genial con tan solo verlo pintar y hablar.