Reseña de Assasin’s Creed Valhalla, un viaje a la era de los vikingos. Disponible para PC, PS4, XO, XSX/S y PS5.
La cultura vikinga es una de las más misteriosas de la historia: no se tienen tantos vestigios fidedignos ni legado escrito para comprenderla; sin embargo, Ubisoft se echó el trompo a la uña de reconstruirla en la entrega número 12 de la serie principal de videojuegos Assassin’s Creed.
En Assassin’s Creed Valhalla tú eres Eivor —que puede ser ella o él, dependiendo de tu elección; yo elegí que fuera mujer—, una guerrera vikinga que vivió a finales de los años 800 e inicios de los 900 D.C. (después de Cristo, no después de la covid) y que se embarca literalmente en una aventura con su hermano adoptivo, Sigurd, a la conquista de Inglaterra, por lo que visitarás ciudades como Lunden (hoy Londres), Winchester y York, entre otras.
Pero el gran reto de Eivor no será pasar a la historia por sus conquistas y territorios, sino ir en contra del destino que la atormenta y que los hechiceros aseguran la alcanzará tarde o temprano. Eso de la “lucha contra el destino” ha sido una gran constante en los juegos de Assassin’s Creed, pero en Valhalla es donde está mejor desarrollado y resulta interesante.
Ahora hablemos de la otra protagonista. En la época actual (2020) y a punto de que se desate el fin del mundo (otra vez), también serás Layla Hassan, a quien ya conocimos en Origins y Odyssey. Ella sigue huyendo de los Templarios junto con sus amigos Shaun y Rebecca, mientras utiliza el Animus para develar los misterios de los Isu (la primera civilización, creadora de los seres humanos) a través de los ojos y las aventuras de Eivor.
¿Complicado? Sí, la trama de Assassin’s Creed es compleja (en gran parte por los enredos en los que la misma Ubisoft se fue metiendo por querer estirar de más la liga), sin embargo, y ya pasando a la reseña, una de las cosas que más me gustaron de esta entrega es que resuelve varios misterios de toda la saga (tiene varias conexiones con los primeros juegos) y que es igualmente disfrutable para quienes no saben nada, así que éntrale sin miedo.
Una de las razones de esto último es que, a diferencia de los títulos anteriores, Valhalla está dividido en una especie de “capítulos autocontenidos”, en los que, sí, todo está unido mediante un solo hilo narrativo para que sepas qué onda con la trama de Eivor, pero cada misión/capítulo dura de 3 a 4 horas, así que podrás completarlas de manera rápida y sucinta para que no te pierdas entre tantos detalles.
La progresión del personaje y la exploración también mejoraron respecto a otras entregas, especialmente esta última, ya que las misiones te van llevando por todo el mapa, así no sientes que te faltó explorar algo.
Claro, hay muchas más áreas que podrás ir descubriendo por tu cuenta, pero bajo tu responsabilidad, porque recordemos que los Assassin’s Creed son títulos de mundo abierto, así que puede tomarte muchos días “peinar” la totalidad del mapa y descubrir todo. Advertido estás.
El combate también mejoró: en Valhalla todo es más agresivo (muy a tono con la onda vikinga), y tienes las dos manos para utilizar ya sea un arma y un escudo, dos armas pequeñas o una sola arma pesada, como un mazo o una espada. De ti depende la estrategia que seguirás para matar a tus enemigos.
Pero otra cosa que se agradece de Valhalla es que retoma varios conceptos de los orígenes de la saga que se fueron perdiendo con el tiempo, entre ellas el sigilo y el parkour, así que Eivor, aunque no es muy ligera que digamos, podrá escalar y brincar de lado a lado sin problema. Además, deberá usar sus técnicas más discretas para pasar desapercibida en ciertos momentos.
Técnicamente, este título no está exento de bugs y algunos problemas de desempeño y display (y eso que lo jugué ya en nueva generación), sin embargo, son detalles que no arruinan la experiencia.
Assassin’s Creed Valhalla es un juego muy entretenido, sorprendente y satisfactorio, tanto para fans de la saga como para novatos. Tiene mucho misterio, enormes secuencias de acción, paisajes impresionantes (incluyendo auroras boreales) y, sobre todo, un desarrollo de personajes satisfactorio, especialmente el de la protagonista.
Decisiones como la duración de las misiones y los “capítulos autocontenidos” ayudaron mucho a que lo disfrutara tanto, y miren que no esperaba demasiado, porque, para ser honesto, la trama no había cumplido tanto mis expectativas después de la saga de Desmond Miles.
Vamos a ver qué tal le va a Valhalla en la entrega de los Game Awards 2020. Yo sinceramente espero que le vaya bien porque sí merece uno que otro premio.
Assassin’s Creed Valhalla ya está a la venta tanto para la generación pasada (PC, PS4, XO), como para la actual (XSX/S y PS5).