por Guillermo Clemente (música y productor)
Y bien…luego de leer y releer tantas reseñas sobre la serie Rompan todo, me parece prudente reconocer a tantos músicos y melómanos que dejan ver en redes sus capacidades críticas, periodísticas y hasta sintácticas para expresar opiniones algunas incisivas, otras mediadoras y unas más condescendientes hasta el punto del pecado.
Es curioso ver la gran ausencia de periodistas “especialistas” en la materia; lo que parece corroborar la teoría de que la prensa especializada en rock en español (al menos en México) se encuentra en grave peligro de extinción, y cuya labor (congruente al eterno discurso contestatario de un género que no pide permiso) hoy parece correr a cargo de músicos, seguidores y demás involucrados desde la producción hasta la melomanía.
Así que, decidí hacer lo propio, y comienzo diciendo que no es fácil ser objetivo cuando de primera mano estuviste tan cerca de la escena retratada en el documental, (o de una época al menos) y aún más, cuando (como boxeador a su mánager) todo se lo debo al rock y a los distintos sitios en que éste me ha puesto.
Así pues, me parece que esperar un retrato global del rock latinoamericano, resulta una difícil empresa dado lo vasto del tema, y la diversidad de caminos por los cuales se puede abordar una historia que, además, dicho sea de paso, no necesariamente se encuentra vinculada.
La tarea de encontrar esos puntos de convergencia, es un arduo trabajo de investigación que no necesariamente se hizo (lo cual me hace pensar que se precipitaron en comercializar el material), y las inconsistencias históricas así lo demuestran.
El rock en español (al menos en lo que a México respecta) no está supeditado a una visión mercadológica, salvo que ese sea el perspicaz objetivo de este documental.
Existen también muchísimos elementos tanto regionales como sociales que fungen como la semilla de grandes movimientos o nichos que no llevan su grandeza en la cantidad de adeptos sino en el discurso que los sustenta.
Por lo anterior, resulta difícil pasar por alto piezas importantes que brillaron por su ausencia como Rockotitlán, L.U.C.C. Tutti Frutti y el Bar 9; la influencia de la movida Madrileña, La invasión uruguaya, Serpiente sobre ruedas, compañías independientes como Opción Sónica, Lejos del Paraíso, Comrock, Rock&Roll Circus e Intolerancia, entre otras. Incluso publicaciones y radiodifusoras que dieron credibilidad y legitimaron escenas en nuestro país como el Sonido Seattlelite, la avanzada regia, los rupestres, el mal llamado “rock urbano” o el rock de Guadalajara; la escena rockabilly, ska, gótica, metal, surf, y electrónica entre muchas otras y que datan de varias décadas atrás y que una vez mas se quedan fuera de la cancha. Continuar ejemplificando seguramente nos exigiría una infinidad de textos.
Mas allá de una crítica destructiva, opino (aun cuando los productores no esperan mi aprobación ni la de nadie) que la reducida visión de Santaolalla y compañía ante el rock desde las perspectivas geográficas que se pretende abordar, simplemente atiende a la antigua frase de “cada quien habla desde el cómo le fue en la feria” y Gustavo hizo su propia feria y vendió muchísimos boletos.
Sin embargo, la feria itinerante; esa que va de pueblo en pueblo y que va marcando historias y dejando legados, esa que no logró llegar a un productor como el susodicho u otros tantos inalcanzables, esa que no consiguió contratos discográficos o disqueras trasnacionales pero que escribieron historias de las que se valió la industria y con la que generaron discursos ajenos para crear un círculo para algunos impenetrable. Una realidad también es que no lo presentan como “La historia definitiva de…” y es así como se está percibiendo quizá por la falta de alternativas.
Así que con la admiración y respeto que tengo por mis colegas y muchos además amigos, la historia no la escribieron los vencedores, la historia la escribimos todos, pero solo algunos la firman, y por supuesto omiten a placer lo que a criterio propio consideran los productores por razones en que quizá no valga la pena indagar. Sin embargo, puede que sea tiempo de tomar las cámaras como armas y compartir los recuerdos y hechos que habrán de escribir las otras verdaderas historias que, por cierto, aún se están construyendo.
Rompan todo es un documental cuyo título resulta ramplón y localista y dista mucho de representar al rock latinoamericano, en realidad suena confuso si no te encontrabas aquella ocasión en Luna Park. Quizá para Argentina diga mucho o solo sea un mito, pero no todos nos identificamos con ello. Si tuviese alguna doble connotación, se justificaría titularlo así, ¿pero rompan todo? ¿Rompan qué?
El rock latinoamericano tiene grandes historias, así como cronistas, no se supedita a aquellas bandas que lograron un contrato discográfico con una compañía trasnacional, ni a los que fueron invitados a grandes festivales, o a aquellos que se colaron a MTV o a la radio. Tampoco a los llamados “frontman”, ¿o es acaso que los demás músicos no tienen nada qué decir?
A mi modo de ver, la forma de abordar el papel de la mujer en el rock latinoamericano parece ser un parche en la producción, es como si lo hubiesen encajado por una necedad de ser políticamente correctos. La mujer en el rock ha sido fundamental desde siempre, y no tendría que hablarse de ello como tema aparte. Considero que hacer un collage de fotografías no enaltece de ninguna manera a la figura femenina, y si nos hace pensar que no solo hay Julietas y Ritas, Fabianas y Andreas o Lafertes.
Bien, pues mas allá de todos los cuestionamientos y críticas que pululan por ahí. ¿Que si por qué Calle 13, que en dónde está la influencia de Mano Negra? Que si las grandes omisiones, que si Cecilia Toussaint, o Jaime López, que la actualidad no la representa Little Jesus, y que Bátiz se colgó más santitos de los que puede cargar.
Todo esto nos deja claro que el productor se ha perdido de mucho (aunque por su parte, él nos muestra que también tenemos mucho por conocer) o que en efecto es una producción tendenciosa a favor de Santaolalla y amigos); habría que reconocer que es un esfuerzo por poner en boca de todos un género que parecía quedarse en el olvido, y que esperamos sea el precedente para nuevos intentos por contar sucesos y ensamblar a manera de cuento breve la historia de aquello que a muchos aun nos mantiene vivos.
Gustavo es un talentoso sin duda, y resulta muy válido que ponga su trabajo y sus proyectos en el lugar que considera merecer, sin embargo, también resulta válido para tantos colegas considerar que largas y grandiosas trayectorias, merecen ser escuchadas. Así que, sin más, esperemos esto despierte el interés por conocer las raíces del rock en español tanto para afectos, como nuevos públicos o antiguos seguidores para generar en las nuevas propuestas el beneficio de ser tomadas en cuenta en esta historia, y en el espectador ese interés por saber qué hubo mas allá de Culebra, Soda o La Ley, que hay actualmente y por supuesto qué podemos esperar de (como dijo Ricardo Bravo): “Nuestro Rock”.
Así que cito a Santaolalla: “El rock vive un momento de hibernación” y agrego: ¡Es un buen momento para despertar!
1 comment
Sí, la reseña es muy buena y atinada y se tomó el tiempo para tratar de poner en su lugar un bodrio hecho por una persona muy aje a por lo menos al rock mexicano y a su larga y difícil y triste andar en el camino de la… Uf mediocridad y si así resultó el rock mexicano pues mucho peor el rock sudamericano y demás países latín americanos. Bke. Apunta el autor, se habla de acuerdo a como les fue en cada país y a cada grupo. Es muy complejo y existió o existe aún en lugares muy recónditos de las ciudades.
Y bueno es un mediocre o malo o pésimo o limitado, uffff no tomarlo como documental, patrocinado por un monstruo de los nuevos medios. Pero es penoso que un argentino se meta a ha lar sin analizar debidamente lo sucedido en México como bien anota el autor.
Las damas po tra historia y enfoque, y este señor Santa patraña pues si que hable de los suyos del rock argentino y que de eso haga su documental que en su fue muy mala, comercial y llegó tarde a la escena del rock, que ni mundial. Pero esta Netflix y uffff pura sin quieres ver historia Buenas o mala pues por eso pagas y la quitas. Mejor vi Wonder woman.