Se han cumplido dos años desde que el intérprete, compositor y productor Alberto Aguilera, mejor conocido como Juan Gabriel, partió de este mundo, entristeciendo profundamente a millones de seguidores.
Homenajes a su persona han abundado desde que aún estaba entre nosotros, y figuras muy reconocidas de la música en español han dado voz a sus composiciones: José José, José María Napoleón, Rocío Dúrcal y Vicente Fernández, por mencionar sólo algunos. Incluso John Fogerty, líder de la importantísima banda de rock clásico Creedence Clearwater Revival, lamentó en su momento la muerte del compositor. Fogerty se refirió a él como una de las más grandes figuras de la música latina, y alabó su interpretación en español de Have You Ever Seen the Rain (Gracias al Sol en la versión de Juan Gabriel), la cual apareció en un homenaje a Creedence donde participaron varios intérpretes latinos de distintos géneros.
La televisión se encargó de que tuviéramos conocimiento de la tormentosa vida del cantautor poco antes de que muriera, y la empatía y el cariño que ya tenían sus fans por él se incrementaron y se extendieron hacia más personas.
Y aunque por parte de algunas personas de los círculos conocedores de la alta cultura en el país, Juan Gabriel reciba a veces cierto desdén, no puede negarse que su legado a la música popular mexicana ha sido muy significativo. Poniéndonos estrictos, tal vez sí se le pueda criticar a Juanga de pecar en sus letras de “todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo”, como declaró Nicolás Alvarado de manera tan incendiaria en esa fatal columna que no le dejó más que un linchamiento social y la renuncia a su puesto en TV UNAM (bien o mal, esa situación es asunto aparte).
Sin embargo, son esas mismas letras que pueden tacharse de excesivamente simples o “poco literarias” las que logran proyectar desde las más desgarradoras pasiones hasta el ánimo más festivo entre las millones de personas que hemos participado alguna vez de la música de Juan Gabriel (probablemente más del 90% de los mexicanos), ya que tocan temas comunes a cualquiera de nosotros de manera tal y tan clara que han logrado hacerse presentes en las vidas de muchos de nosotros.
Son esas mismas letras las que han sido traducidas a idiomas como japonés, alemán, griego, turco y tagalo, además de portugués, francés, italiano e inglés, y son esas mismas letras las que fueron cantadas en un lugar tan relevante para el arte como el Palacio de Bellas Artes. Por mucho que la élite culta critique este hecho, debe reconocerse que fue en mayor medida el impacto de Juan Gabriel lo que lo llevó a este recinto, un impacto legitimado por la capacidad de construir narrativas y pasiones mediante una lírica sencilla que habla por la gente.
El aspecto musical en Juanga complementa perfectamente lo que sus letras ya aportan. Sus melodías sencillas de retener y la capacidad de sus versos y estribillos que permanecen en la mente del escucha enmarcan muy bien el contenido lírico de sus canciones.
Cómo olvidar ese “Vamos al Noa Noa…” o el “Bueeenos días alegríiiaa” que tanto lo caracterizan. Además, Juan Gabriel es de esos artistas que no podemos encasillar en un sólo género, sin embargo, todos aquellos de los que ha formado parte son del gusto popular: ranchera, boleros, balada, pop, salsa y una gran variedad de ritmos mexicanos como sinaloense, norteño y huapango.
A dos años de la partida de este ícono mexicano de la música, me permito mostrar un par de recomendaciones que quizá no conocían:
https://www.youtube.com/watch?v=aYgLsV8xsSo&feature=youtu.be