Okja (Corea del Sur, EUA, 2017), el reciente film original de Netflix dirigido por Bong Joon-ho, nació en la controversia. Durante el último Festival de Cannes (Mayo 2017), dos películas originales de Netflix fueron estrenadas: The Meyrerowitz Stories y Okja, causando todo un revuelo y protesta por parte de críticos y cineastas encabezados por Pedro Almodóvar que mostraron su indignación ante el hecho de que estas cintas no serían estrenadas públicamente en salas de cine.
Tras el numerito de Almodóvar, la curiosidad se injertó en nuestros cinéfilos corazones y así esperamos ansiosos para tumbarnos ante nuestras pantallas chicas a presenciar el estreno mundial de Okja, el pasado 28 de junio.
La cinta, ubicada en un futuro distópico como los que le gustan a Joon-ho, inicia con Lucy Mirando (Tilda Swinton) mientras presenta la nueva imagen de su corporación. Durante décadas, Mirando se había hecho de una terrible fama ya que el padre de Lucy se hizo multimillonario vendiendo Napalm. Ahora Lucy, en un intento de convertirla en una empresa ecológicamente responsable—al menos en imagen—, crea alimentos transgénicos—un abierto guiño a Monsanto, el gigante de la biotecnología de nuestros días—, alterando genéticamente unos cerdos y creando superpigs con los que pretende acabar con el hambre mundial.
El plan de Lucy consiste en enviar a estos nuevos superpigs creados por los científicos de Mirando a distintos puntos del planeta para que durante diez años sean criados y engordados por granjeros especializados. Y, tras pasado el periodo de engorda, el granjero que haya logrado criar al cerdo más grande, será premiado. Sí, así como en las ferias de pueblo, pero a lo bestia.
Resulta que uno de estos cerditos, Okja, es enviado a Corea del Sur con un granjero (Hee-Bong Byun) que vive con su nieta, Mija (Seo-Hyun Ahn), en la punta de una montaña llena de abundante vegetación, cascadas, árboles frutales y todo lo que un superpig necesita para crecer tan grande, saludable e inteligente como es posible. Bong Joon-ho nos muestra entrañables imágenes de la fuerte amistad entre Okja y Mija recordándonos, por momentos, a Totoro (Miyazaki, Japón, 1988) mientras juega con Mei en su guarida.
Han pasado diez años y es momento de que Mirando recoja los frutos de su cosecha. Para eso, envía al Doctor Johnny Wilcox, zoólogo, “amante de los animales” que es la cara amable de Mirando en la televisión. Wilcox, interpretado por un irreconocible Jake Gyllenhaal, es en realidad un científico neurótico, cínico y resentido con un ego gigantesco a quien lo que menos le importa es la fauna mundial.
La dulce y adorable Mija es engañada por su abuelo mientras Okja es llevada a las instalaciones de Mirando en Corea del Sur y aquí empieza la aventura de la pequeña por recuperar a su gigantesca amiga porcina. En el camino, se encuentra con el Frente de Liberación Animal, un grupo de ambientalistas liderado por Jay (Paul Dano), que busca desenmascarar las atrocidades de Mirando. Así, Mija viaja a EUA, dispuesta a sacrificar todo por rescatar a su única amiga.
Es probable que después de ver Okja no vuelvas a ver una salchicha de la misma manera—al menos por un tiempo—y aunque Jon Ronson, co-guionista del filme, es vegetariano, ha confesado que no le gusta empujar a la demás gente a dejar de comer carne, la película se erige bajo el claro discurso de que comer animalitos está mal.
Evidentemente, Okja es controversial pero no rompe los estándares estructurales hollywoodenses, cosa un tanto decepcionante para los seguidores de Joon-ho que nos habíamos quedado enganchados con su inigualable construcción narrativa post-apocalíptica en Snowpiercer (Corea del Sur, República Checa, Francia, EUA, 2013).
En conclusión, si quieres pasar dos horas sumergido en un drama de aventura futurista con toques de sarcasmo, comedia y un discurso ambientalista, Okja es la opción.