por J. A. Zandi
Nación asesina (Assassination Nation, Estados Unidos 2018) es una película de suspenso con mucho humor negro que se proyectó por primera vez en el Festival Sundance de este año.
Estamos en Salem, un pueblito cuya tranquilidad usual es destruida cuando un hacker filtra todo el historial web del alcalde, un conservador que hizo campaña atacando a homosexuales y pregonando “valores familiares”. En el historial hay videos e imágenes que lo retratan vestido de mujer, cometiendo actos de sumisión y sexuales. Rápidamente, los documentos se vuelven virales y el alcalde decide suicidarse.
Lily Colson (Odessa Young) es una estudiante de preparatoria con una doble vida: por un lado, tiene un novio formal y, por otro, un amante con quien mantiene una relación de chat erótico. Ella continua su día a día, quejándose del sistema patriarcal del pueblo y divirtiéndose con sus tres amigas, Beth, Sarah y Em, sin mayor preocupación hasta que comienzan a aparecer filtraciones de otras personas del pueblo, incluyéndola a ella.
Cuando se publican las imágenes que Lily manda a su amante, sus padres la corren de casa y su novio la ataca y la humilla; hombres del pueblo la acusan de fácil y la molestan constantemente, lo que la obliga a quedarse a vivir en casa de sus amigas Sarah y Em.
Algunos hombres del pueblo, incluyendo el amante de Lily, secuestran al hacker local, Marty, y lo torturan. Éste les dice que no ha sido él, que hay otro hacker y acusa a Lily. Los hombres, cegados por prejuicios y sed de venganza, deciden lidiar con Lily a su manera, pero las chicas no se dejarán matar fácilmente.
A partir de aquí, la película da un giro de tonalidad y deja de ser un thriller para convertirse en una orgía de violencia exagerada combinada con humor negro.
La cinta es una crítica a la hipocresía de la sociedad con sus prejuicios y a cómo los tiempos de temor nos llevan a olvidar la razón, despertando la violencia.
Nación asesina, el segundo largometraje de Sam Levinson (Another Happy Day), es una película peculiar que recrea la experiencia del caos, misma que generalmente es ajena a la estructura narrativa cinematográfica común. Hay momentos donde hay un despliegue de las redes sociales y los trending topics en la pantalla, con el flujo constante de comentarios y respuestas. Esto, mezclado con lo que ocurre en el espacio físico, altera al espectador para conectarlo con la experiencia que viven los habitantes de Salem.
Nación asesina hace un gran trabajo al retratar las identidades secretas que oculta todo ser humano, así como los prejuicios y la intolerancia nativa de nuestra sociedad donde la cacería de brujas y los chivos expiatorios son una constante.