El aislamiento social que se vive en el mundo disparó el uso de las aplicaciones de citas, en donde los usuarios de internet tratan de conectar con otras personas en busca de diversión, amistad, sexting y ¿por qué no? cuando pase la pandemia, conocer físicamente al amor de sus vidas.
Tinder y Bumble, dos de las apps más populares en occidente, registraron desde el mes de marzo un aumento de actividad. Por ejemplo, del 12 al 22 de marzo, Bumble documentó, en Estados Unidos, un incremento de mensajes de 21% en Seattle, 23% en Nueva York y 26% en San Francisco.
Para generar más interacción y ganar usuarios, prácticamente todos los servicios para el amor liberaron funciones para ligar de formas más divertidas e interesantes.
En este sentido, Bumble integró una herramienta para tener citas virtuales a través de videollamadas y Tinder permite utilizar gratis la función Passport por tiempo limitado, para cambiar la ubicación y probar suerte en cualquier parte del planeta.
Las aplicaciones de citas tienen la mira puesta en la popularidad de las videollamadas de servicios como Zoom, Google Hangouts o Houseparty, tan útiles en estos días y que son, sin duda, el camino para reducir la distancia social y facilitar la comunicación entre los enamorados.
Blindlee, una reciente e innovadora aplicación, mezcla esta tecnología con la práctica de la cita a ciegas para realizar llamadas en video de tres minutos en las que la imagen se ve difuminada. Las mujeres tienen el control de qué tanto quieren que se vea el video y conforme avanza la conversación pueden ir aclarando la imagen para darle emoción a esa primera cita con un desconocido.
Enviar mensajes de audio, fotos o videos, son funciones que se verán integradas con mayor frecuencia en las apps de citas para darle dinámica y fluidez a la interacción, con el objetivo de retener a los múltiples usuarios que utilizan estas plataformas como trampolín para conseguir contactos y después migrar a otros servicios como WhatsApp, Messenger o Instagram.
Otro de los mecanismos que ha servido para que estas plataformas generen comunidad y flujo de usuarios durante la pandemia de coronavirus, son las redes sociales, desde las que informan cómo proteger la salud y cómo mantener la chispa prendida de una relación a distancia. Algunas sugieren mandar mensajes de buenos días, realizar rutinas de ejercicios en pareja o ver películas para después comentarlas.
Amigos y usuarios cercanos de estas aplicaciones, afirman que durante la cuarentena la comunicación virtual ha sido más frecuente y sólida, pero que mientras más se posterga un encuentro físico, es mayor la probabilidad de que se pierda el encanto y nunca suceda.
A pesar de los escépticos hacia esta forma tecnológica para conseguir pareja o conocer personas, que de otra forma sería imposible cruzarse en el camino, las apps de citas siguen creciendo en popularidad. Ya sea por morbo o por convicción, de que en ellas existe el verdadero amor, esta innovadora manera cultural de relacionarnos llegó para quedarse.
De acuerdo con los sociólogos Michael Rosenfeld y Reuben Thomas, en las últimas décadas desde 1990, año en que surgió la World Wide Web, la forma en cómo las personas consiguen pareja en Estados Unidos cambió drásticamente.
De 2010 a la fecha, las apps de citas para heterosexuales y personas del mismos sexo pasaron a ocupar el primer lugar para conocer pareja después de los bares, los restaurantes, la familia y los amigos, quienes tradicionalmente son las figuras que juegan el papel de cupido.
Esta es una tendencia que varía, pero que se extiende hacia otras regiones del mundo, y que invita a reflexionar sobre cómo la tecnología impacta y modifica, para bien o para mal, las relaciones en copresencia.