“Una pareja cualquiera” es el primer episodio de la séptima temporada de Black Mirror, producida por Netflix. Este episodio abarca temas post-humanistas y, además, resalta múltiples dilemas acerca de la dignidad humana y el valor de la vida, principalmente haciendo una crítica al proceso que utilizan las empresas para explotar las necesidades humanas más básicas con el fin de obtener beneficios, cayendo así en una profunda indolencia hacia la humanidad.
La historia gira en torno a Amanda (Rashida Jones), una maestra de clase trabajadora que, en una de sus clases, sufre una emergencia médica: un tumor cerebral. Por ello, su esposo Mike (Chris O’Dowd), desesperado por salvarla, recurre a una empresa especializada en neurotecnología llamada Rivermind, la cual ofrece una solución milagrosa: reemplazar la parte dañada del cerebro de Amanda con material sintético. No obstante, aunque al principio Rivermind ofrecía seguridad, esperanza y estabilidad, con el paso del tiempo esto se transforma en un terrible martirio. Esto se debe a que, al ser una empresa en crecimiento y expansión mundial, sus suscripciones se van devaluando en beneficios; paralelamente, surgen otras nuevas con mayores beneficios, pero asimismo con un costo mucho más alto.
Para cubrir los gastos, Mike se ve obligado a participar en una plataforma de streaming, conocida por mostrar usuarios que realizan actos humillantes y autolesivos a cambio de dinero. A medida que la pareja se endeuda y su situación empeora, Amanda y Mike deben tomar una decisión: dejar que Amanda muera o seguir pagando para vivir bajo el control de Rivermind.
“Una pareja cualquiera” la narrativa está muy bien lograda (desarrollo de personajes, la continuidad del tiempo y el espacio). En consecuencia, no es complicado entender lo que sucede en la historia, ya que cuenta con los indicios necesarios para que el espectador vaya entendiendo la trama. Por ejemplo, el recurso de mostrar distintos tipos de calendarios permite visualizar el paso de los años, o el deterioro progresivo del departamento de Amanda y Mike, el cual empeora conforme lo hace su situación, son detalles que, aunque pequeños, resultan esenciales para la construcción de la historia.
Asimismo, la iluminación es uno de los elementos que más impulsan este episodio, ya que genera una amplia gama de emociones en el espectador. Al jugar con los tonos cálidos, fríos e incluso blancos, estos tienen una clara sincronía con la situación emocional de los protagonistas. Por ejemplo, hay escenas con tonos fríos y una pizca de cálidos que sugieren que, a pesar de las complicaciones, aún existe una pequeña posibilidad de salir adelante.
Este primer episodio es una crítica directa hacia las acciones que toman las empresas para aprovecharse de las personas. Sin embargo, lo hace desde una perspectiva humana, mostrando tanto el desarrollo económico como emocional de la pareja. Además, plantea una interrogante relevante: ¿hasta qué punto puede llegar la tecnología para conservar la vida, en un mundo históricamente gobernado por la selección natural?
Black Mirror continúa siendo una gran opción para reflexionar sobre estos dilemas post-humanistas y futuristas, además de dejar a la imaginación cómo podría ser el mundo dentro de unos años no muy lejanos.
