por Andrea Reyes
[av_dropcap1]L[/av_dropcap1]a poesía en redes sociales es uno de los más recientes fenómenos en el mundo digital. El movimiento “instapoet” se manifiesta entre algunos jóvenes de distintas partes del mundo que se están abriendo paso en el mundo de las letras a través de internet.
La nueva generación de poetas en Instagram surge en el año 2015 con la escritora canadiense de 26 años Rupi Kaur, quien encontró un gran impulso en esta plataforma para difundir sus versos. Con más de cinco millones de ejemplares vendidos hasta el momento, la escritora ha puesto de “moda la poesía”.
La poesía como género literario ha dejado de ser para “unos cuantos” y ha encontrado un espacio en las imágenes de Instagram, el género se ha adaptado bien a esta plataforma debido a su estructura corta y rápida de leer.
Los temas de los autores, en su mayoría jóvenes, se relacionan con experiencias personales, el amor en tiempos de la era digital y temas en apariencia sencillos con los que cualquiera puede sentirse identificado.
Este movimiento también tomó impulso en España con escritoras como Elvira Sastre e Irene X. Las editoriales han apostado por su trabajo y éste se ha difundido con gran rapidez. Su poesía, además de contener temas personales, refleja un activismo a favor de la liberación femenina, como en el caso de Irene X con su compilación de poemas La chica no olvida. Ambas autoras expresan abiertamente en sus respectivas plataformas la intención de su poesía.
En Latinoamérica, los Instapoetas encuentran un rostro con Mercedes Romero, autora de Luciérnagas en frascos y Debret Viana, autor de Desline, ambos de nacionalidad argentina.
Un aspecto importante de estos Instapoetas es que no dejan de ser usuarios de Instagram: se mantienen activos en esta red social y, además de compartir su poesía, se conectan con sus seguidores/lectores a través de las dinámicas que propone la red social.
El movimiento también ha sido producto de la crítica y el rechazo dentro del mundo literario pues consideran a los Instapoetas como unos aficionados de la escritura. Sin embargo, la comunidad ha crecido y tomado fuerza, aspecto que no ha pasado desapercibido para las editoriales que han impulsado el fenómeno a través de la materialización de los Instapoemas en libros físicos.
Las dinámicas en redes sociales y el flujo de información ha trasformado la forma de hacer y difundir la poesía, haciendo que jóvenes y adultos pongan más atención en la literatura. Se está creando una nueva forma de relacionarse entre escritores y lectores, dejando la palabra al alcance de quien la necesite y desmitificando la poesía como un género selecto al que solo ciertos autores tienen acceso.