Homenaje y reseña del libro Kitchen confidential de Anthony Bourdain
por Concepción Moreno
[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]l título de este texto es un tanto confianzudo. Le digo “Tony” a Anthony Bourdain como si hubiera sido mi amigo. Pero la verdad es que así se siente. Tony tenía la capacidad de hacer entrar a la conversación a quien fuera sobre cualquier tema.Desde que se anunció su suicidio hace unos días, miles personas han salido a la red a escribir su propio recuerdo del hombre que nos enseñó que viajar es comer cualquier cosa que te ponga frente a la nariz.
Pero Bourdain no fue siempre famoso. Hubo una época en la que fue un chef ejecutivo de mediana presencia en Nueva York. Nada que contar a casa: Bourdain era la definición de la medianía.
Eso hasta 1999 cuando publicó en The New Yorker un texto titulado “No coma antes de leer esto”, una memoria sobre sus años de cocinero aprendiz. El texto fue todo un éxito y desencadenó una vorágine virtuosa para Bourdain: libros, viajes, programas de televisión.
El principal libro que aquella memorias creó fue Kitchen confidential: Adventures in the culinary undeberlly (Harper Collins). En la portada aparece un joven Bourdain con una espada, cual samurai. Según él mismo cuenta, ser cocinero es un poco como ser un guerrero, o más bien un mercenario.
Bourdain empezó desde abajo, cocinando en las vacaciones de la prepa en centros vacacionales. Cada vez que alguien lo regañaba, le pedía que enseñara sus manos: las de Tony, limpias; las de sus compañeros bruñidas de cortes, quemaduras y cicatrices varias. Tony anhelaba unas manos así: significaban la joya de la corona del cocinero de verdad.
Bourdain era, como todo mundo ha dicho, un hombre divertido. Tuvo sus devaneos con las drogas (cocinar es una de las profesiones más estresantes) y salió de las cloacas de la adicción para rehacerse como escritor. Bourdain al fin y al cabo ers divertido, sí, pero también un hombre atormentado.
Kitchen confidential es un libro fantástico, una guía para evitar que los meseros le escupan en la comida. En él aprendí, por ejemplo, que nunca hay que pedir la carne bien cocida a menos que se quiera que sirvan el peor pedazo de carne del refrigerador.
Otra cosa que aprendí es que ser cocinero es ser un guerrero y que por eso lo inmigrantes indocumentados están tan bien equipados para el trabajo. Otros ya han señalado la valentía de Tony al salir a defender a sus compañeros de cocina que hablan en español. “Cualquier dueño de restaurante sabe que ningún americano vendrá a tocar la puerta para pedir el trabajo de lavavajillas”. Sin la mano de obra indocumentada, escribió Bourdain, la industria restauradora y hotelera se vendrían abajo.
También hace unos años Tony escribió un texto precioso en el que habla de la hipocresía de los estadounidenses con México: aman nuestra comida pero nos odian. Bourdain escribió sobre nuestras vidas paralelas: somos países hermanados más que por la historia, por la mesa. De buen diente, gringos y mexicanos.
Aparte de Kitchen confidential Bourdain escribió otros libros pero sin duda el primero es el mejor. Aparte tuvo varios programas de televisión, como No reservations y Parts unknown, el que hacía para CNN y se encuentra todavía al aire. Algunos pueden verse en línea. Eran crónicas divertidas que no se limitaban solo a hablar de la comida sino también de la vida diaria, los problemas sociales y hasta la vida política de los países visitados. “Sé un viajero, no un turista” podría ser el epitafio de Tony Bourdain. Godspeed, Tony. Godspeed.
1 comment
Yo era de esas personas que considera a Anthony Bourdain como mi cuachala, si así mi cuachala porque siento que me habla con verdad su verdad de su vida y experiencia, si era actuado no lo sé, pero ese es mi sentir, y la verdad aunque fisicamente Bourdain se fue a vivir al otro barrio, el nunca morira en mi recuerdo.