Una joven cercana a sus treinta y dos septagenarios neoyorquinos uniran fuerzas con un solo propósito: encontrar a un asesino que, al parecer, ronda en su edifico. ¿Por qué? Porque están solos, son muy neuróticos, tienen tiempo y porque son fanáticos de un podcast de crímenes reales. Así que cuando su vecino Tim Kono muere, ven la oportunidad perfecta para sublimar sus fantasías: resolver un crimen y hacer un podcast.
Esta es la premisa de la serie estelarizada por Selena Gomes, Martin Short y Steve Martin —creada por el mismo Steve y John Hoffman—, llamada Only Murders in The Building, disponible en la plataforma Star Plus.
La serie es una comedia que mezcla humor negro, drama, crimen, misterio e intriga, con grandes actuaciones y una realización estupenda que dialoga entre lo teatral y lo cinematográfico. Una verdadera delicia televisiva.
Martin interpreta a un actor llamado Charles-Haden Savage, cuyo máximo logro ha sido el de protagonizar una serie policiaca durante nueve temporadas llamada Brazos, hace algunas décadas. El histrión tiene una herida que no ha podido sanar, sin mencionar que sus habilidades para socializar dejan mucho que desear.
Short encarna a un ex director de teatro musical sumamente Snob, cuya carrera ha estado marcada por varios fracasos, uno de los cuales se llevó entre las patas su estabilidad familiar.
Por su parte, Gomez es Mabel, una chica antisocial, diseñadora de interiores de quien no sabemos mucho durante los primeros episodios. Y es que su historia será crucial para el desarrollo de la trama.
Los tres viven en el edificio Arcadia de Manhatan, y los tres son gente solitaria que lleva un vacío en su corazón, un tanto neuróticos como muchos neoyorquinos (según se establece en el primer episodio).
El trío se encontrará de manera casual, primero en el elevador, luego en un café cerca de casa después de ser evacuados del edificio la noche del supuesto suicidio de Tim Kono; es ahí en donde descubren que son fans del podcast de crímenes reales de moda creado por Cinda Canning (Tina Fey).
Dicha afición los llevará a explorar el caso de Kono. Y es que ellos lo habían visto la mañana del suceso (subió con ellos al elevador), por lo que creen que no tenía el tipo suicida, así que debía haber algo más.
En un principio un poco torpes, sus corazonadas irán tomando forma; claro, no como ellos esperan sino con algunas vueltas de tuerca interesantes, al tiempo que sus problemas personales van saliendo a flote por lo que su trabajo detectivesco y podcastero se vuelve una terapia ocupacional.
Si bien en Only Murders in The Building reímos, también nos llenamos de suspenso cuando vemos que detrás de las fantasías pueriles de los protagonistas existe un crimen verdadero; quizás ellos se encuentren en un verdadero peligro. En medio de todo esto también habrá lugar para el drama cada vez que alguna neurosis o herida de los protagonistas quede expuesta y ellos no tengan mejor remedio que enfrentarla.
Only Murders in The Building es un verdadero bocado gourmet: una historia finamente tallada, casi de manera artesanal.