“Nadie grita Resorte como yo” me dijo alguna vez Gustavo Limongi, mejor conocido como Tavo Resorte, durante una entrevista. Se mostraba orgulloso y contento. Y es que la banda tenía un segundo aire gracias a la incorporación de Pato de Control Machete y la salida de nuevo material —Rebote (F=Kx) (Warner, 2002)—, con un nuevo sello discográfico.
Ya no recuerdo porqué me dijo aquella frase pero se me quedó grabada a través de los años, sobre todo porque la emoción de escuchar aquel grito era inigualable para quienes gustábamos de la banda; ningún grupo de rock mexicano tenía esa fuerza en el escenario, y no me refiero a una cuestión de talento, sino literalmente a la fuerza de su Nu Metal. Y si escucharlo en la grabación emocionaba, el rush de adrenalina que se desprendía al escucharlo en vivo valía todo el concierto.
Resorte y muchas otras bandas como Plastilina Mosh, Zurdok o Molotov hicieron que muchos retiráramos un poco la mirada de las bandas de rock que cantaban en inglés y volteáramos a ver lo que se hacía en nuestro propio idioma y nos sintiéramos orgullosos de estar a la par, mientras la generación anterior se preocupaba por encontrarle un sonido mexicano a “nuestro” rock.
“¡Reeeeesorrrrrrteeeeee!” era el grito de batalla…
Este primero de mayo falleció Tavo Resorte a sus 52 años debido a un paro cardíaco que tuvo lugar mientras dormía, según reportan varios medios. A causa de la pandemia no habrá servicio funerario. Sin embargo, guardemos todos un minuto de silencio y en nuestras cabezas lanzemos ese grito de apertura. Y aunque nadie pueda gritarlo como él lo hacía, vibremos todos juntos con el recuerdo.
Descanza en paz…