El audiovisual Gigaton de Pearl Jam está disponible en Youtube o en Apple TV (en HD y 4k, con sonido Dolby Atmos y Dolby Vision).
La experiencia visual del álbum Gigaton de Pearl Jam resulta ser un viaje refrescante y esperanzador por diversos escenarios naturales de nuestro planeta. La danza de imágenes que se yuxtaponen al ritmo del rock, a veces más potente y otras más baladesco, convierten a Gigaton en una verdadera delicia.
Los elementos visuales están compuestos por una serie de imágenes que no tienen que ver con las canciones pero que de alguna manera forman parte de una narrativa general: podemos pensar que, en primer instancia, los espectadores estamos enrolados en un tour para conocer de las bellezas naturales de la Tierra. Así parece establecerlo una toma abierta de nuestro planeta al principio de la “película”, el cual presenta algunos puntos incandescentes, como si se estuviera incendiando.
Y así nos vamos hacia diversos lugares, oscilando entre diversos escenarios, —tomas abiertas, acercamientos, lapsos de tiempo—, y animaciones hechas principalmente con texturas acuosas y luces de colores. También encontrarmoa una gráfica de audio de color rojo que se mueve al ritmo de la música (¿el pulso del planeta?), que se aparece de manera regular a lo largo de toda la experiencia.
Otro elemento que se repite son diversos destellos de color rojizo que parecen meterse en la fotografía, como cuando una película se atora en el proyector y comienza a quemarse. Y en un sentido más político uno se pregunta si los espectadores estamos fungiendo como seres del futuro que estamos viendo el registro de lo maravilloso que fue el planeta, ahora extinto o devastado por un desastre ecológico.
Se salen un poco de esta dinámica las imágenes que acompañan la canción “Dance of The Clairvoyants”, donde se nos presenta al grupo tocando en medio de las imágenes anteriormente descritas. En “Superblood Wolfmoon”, nos topamos con algo totalmente diferente: vemos a la banda versión garabatos animados, tocando la canción.
La experiencia visual de Gigaton nos remite un poco a la cinta Koyaanisqatsi, de Godfrey Reggio con música de Phillip Glass pero en versión pop.
Por su parte, el disco Gigaton es un acierto de la banda quien habla fuerte y claro sobre su relevancia en el mundo de la música: Pearl Jam aun está vivo y más vigente que nunca con un rock fresco y poderoso, en ocasiones medio experimental, letras íntimas y un statement político consistente y actual.
Lo mejor de Gigaton viene al principio con canciones como “Who Ever Said”, “Superblood Wolfmoon”, “Dance of The Clairvoyants y “Quick Scape”, todas ellas cargadas de una energía capaz de mover al más apático; posteriormente el tempo disminuye con “Alright”, un tema reflexivo que sólo sirve para agarrar aire, al igual que “Seven O’Clock”, aunque lo encontramos un poco más alegre.
De aqui en adelante no nos encontramos con malas canciones pero no consiguen igualar el poder de las cuatro primeras.
El segundo aire rockero lo tenemos con “Never Destination” y “Take The Long Way” (ésta con alma punk), para después cerrar con cuatro de canciones agradables en lo musical, muy ad hoc para amenizar una reunión casual, sin embargo en sus letras yacen diversas historias que merecen ser escuchadas con atención y no pueden ser descritas como pláticas de café: Un personaje que comente un asesinato en “Buckle Up” y que debe escapar; alguien que comienza a ser presa de la desesperanza en “Comes Then Goes”.
O bien, el sonido de la multitud o de un poderoso trueno que suena a la distancia y que parece venir para borrar todo lo que tenemos ahora que parece ya no funcionar en “Retrograde”. O la imagen de la esperanza de quien desea cruzar un río a toda costa para alcanzår sus sueños en “River Cross”.
Gigaton es la evolución orgánica del grunge por el camino de la madurez y la trascendencia: A sus 30 años, Pearl Jam no es un grupo de museo que sólo se disfruta y se vive dentro de la década de los noventa.