por Leonardo Ponce
[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]n un mundo gobernado por las efímeras redes sociales, lanzar un disco completo y que éste sea relevante es una hazaña peligrosa. El 29 de Junio Drake sacó Scorpion, un álbum doble con el cual rompió récord de más streams en un sólo día —más de 176 millones en Apple Music y más de 132 millones en Spotify— y de más streams en una semana con más de mil millones de reproducciones. Lo anterior parece confirmar lo que había asegurado en su primer sencillo, “God’s Plan”: todo es parte de un plan maestro divino.El ambicioso proyecto de 25 canciones está dividido en dos partes, el Lado A que es más Hip hop y el Lado B que está más cargado al R&B y el Pop.
El Lado A nos muestra al Drake más combativo: el Drake que escuchamos en su disco If You’re Reading This It’s Too Late (2015), con el que se ganó el respeto de los fanáticos de la cultura Hip Hop. Desde el comienzo de su carrera, Drake ha tenido que luchar por asegurarse un lugar en la historia como un rapero legítimo ya que no sólo era considerado como “el rapero sensible” por hablar de sus relaciones personales y mezclar el canto con el rap en sus canciones, si no también por su color de piel, que es un poco más claro que el del resto de los raperos afroamericanos. “Yeah, I’m light-skinned, but I’m still a dark nigger”, rapea en su canción “Nonstop”.
Scorpion, el quinto álbum completo del artista, llega a un par de semanas después de una riña musical con el rapero Pusha T (artista que está firmado con la disquera G.O.O.D Music de Kanye West), quien reveló en un track llamado “The Story of Adidon” que Drake tenía un hijo no reconocido a lo cual Drake responde en uno de los mejores tracks del nuevo disco Emotionless “I wasn’t hiding my kid from the world, I was hiding the world from my kid” (No estaba escondiendo a mi hijo del mundo, si no al mundo de mi hijo).
Debido a la frescura de la controversia, en la mayoría de los tracks del Lado A escuchamos a Drake responder a múltiples ataques que ha recibido a lo largo de su carrera, dirigiendo líneas al rapero Meek Mill (quien en 2015 lo acusó de no escribir sus propias canciones), Pusha T y al propio Kanye West, a quien el rapero ha citado como una de sus más fuertes influencias.
Una de las virtudes del artista es la honestidad con la que puede escribir canciones y esta es palpable cuando rapea en “Emotionless”: “I can’t even capture the feeling I had at first, meeting all my heroes seein how magic works. The people I look up to are going from bad to worse” (Ni siquiera puedo captar el sentimiento que tuve al principio, al conocer a todos mis héroes y ver cómo funciona la magia. La gente que admiro van de mal en peor).
Y es este sentimiento de aislamiento que sólo Drake puede conjurar, ya sea hablando de una relación sentimental o de cómo sus ídolos lo han traicionado, podemos sentir en carne propia el aislamiento y la soledad.
Por otra parte, el Lado B está dedicado casi enteramente a relaciones amorosas y tiene una vibra más sexy y tranquila, inclinada hacia el R&B que ha sido una constante en su carrera.
Debido a su estatus de superestrella, especular a qué celebridad le escribe sus canciones de amor se ha vuelto el deporte favorito de la prensa. En este caso (supuestamente, porque no hay ninguna confirmación oficial por parte del artista) hay varias letras dedicadas a celebridades con las cuales ha estado involucrado como Jorja Smith, Rihanna, la supermodelo Bella Hadid y la ahora famosa pornstar madre se su hijo, Sophie Brussaux.
En el Lado B destacan el tercer sencillo “Nice for What”, Don’t Matter To Me feat. Michael Jackson (sí, incluye la voz del rey del Pop, dios lo tenga en su santa gloria) y mi personal favorita Summer Games, que tiene reminiscencias al Kanye West de 808’s & Heartbreak.
Scorpion no es el mejor disco de Drake y probablemente no tiene los más grandes hits de su carrera (dejando de lado que rompió récord) , pero es un gran disco con todos los elementos que han hecho a Drake uno de los artistas más importantes del planeta.