La segunda temporada de la serie antológica Dirty John no maneja la tensión tan bien como la primera pero la historia es lo suficientemente poderosa como para hacerte reflexionar por horas sobre la violencia de género y la condición humana.
Dirty John 2: The Betty Broderick Story está basado en un caso de la vida real cuya protagonista es una mujer llamada Betty Broderick quien asesinó a su ex esposo Dan Broderick y a la nueva esposa de éste. ¿Se lo merecían? En la ficción quizás, pero…
Vayamos al principio.
En la serie, Betty (Amanda Peet) y Dan (Christian Slater) estuvieron casados por 20 años durante los cuales prosperaron, pero un día Dan comienza un affair con su asistente llamada Linda (Rachell Keller) y de ahí todo fue cuesta abajo.
Betty confronta a Dan sobre su infidelidad pero éste lo niega. Por supuesto la mentira es insostenible y Dan termina yéndose un tiempo de la casa familiar pues necesitar estar solo por un tiempo. Lo que Betty no sabe es que es el inicio de su separación durante la cual Dan acabará con su matrimonio, le quitará la cuestodia de sus hijos y buscará la manera de darle a Betty migajas de la fortuna que ambos forjaron.
Dan es un abogado bastante hábil que conoce todos los huecos legales y la manera de usar la ley a su favor, por lo que Betty tendrá un proceso complicado, pero aunado a lo anterior, existe un enorme problema: Betty está desvastada pues prácticamente su vida se está yendo por el caño: dio todo por su matrimonio, todo por sus hijos, todo por ayudar a su marido a ser exitoso y ahora está siendo tratada como un artículo desechable.
El dolor y la desesperación de Betty son palpables, lo peor es que el enojo de nuestra protagonistas crece cada día y su comportamiento comienza a ser errático.
Las emociones desbordadas de la señora Broderick no son buenas consejeras: llena la contestadora con mensajes insultantes e infrigne órdenes de restricción todo el tiempo, como cuando chocó su vehículo en la puerta de la nueva casa de su marido al enterarse que éste vendió la casa donde vivían a través de argucias legales.
Cada que puede, Dan pasa por encima de Betty y ella contesta con un desplante de violencia de algún tipo, lo cual agrava las cosas y genera más humillaciones por parte de Dan. Y así por varios años hasta que Dan vuelve a casarse, ahora con Linda.
La violencia escala hasta el desenlace conocido.
La serie tiene una carga fuerte de melodrama la cual alenta un poco el desarrollo de la trama, a diferencia de la anterior temporada donde el suspenso y la tensión son los elementos escenciales para mantenernos enganchados. Sin embargo, el tratamiento del tema es profundo y complejo, lo cual nos deja girando con respecto a la culpabilidad de Betty y las injusticias de un sistema que pone en desventaja a las mujeres.
No queda duda que Dan es un tipo miserable y que Betty se merecía un mejor trato, sin embargo, ¿qué tanto resulta culpable Betty? Es decir.. ¿estaba ella en control de sus actos? ¿Fue una víctima del sistema? ¿No podía tomar decisiones conscientes debido a un desequilibrio mental, a una disociación de la realidad?
Al final, la serie nos dará la información necesaria para que lleguemos a un veredicto, pero cambe mencionar que el dictamen no será sencillo ya que todos los involucrados se afrerran a lo que consideran justo en una situación cercana al Todo o nada.
Grandes actuaciones de Peet y Slater dan consistencia a los argumentos de la historia.
Dirty John 2: The Betty Broderick Story consta de ocho episodios y está disponible en Netflix.