La nueva miniserie de Netflix, Detrás de sus ojos (Behind Her Eyes), abusa del misterio y la intriga entre personajes para atraparnos en un thriller psicológico que al final, después de seis episodios de 50 minutos cada uno, termina por ser un viaje agotador y aburrido.
Exagerada e inverosímil, la trama de esta serie basada en la novela del mismo nombre, escrita en 2017 por Sarah Pinborough, cuenta la historia de Louise (Simona Brown), una madre soltera que durante una noche de fiesta conoce en un bar al atractivo David (Tom Bateman), un psiquiatra escocés con quien se besa antes de dar por terminada la velada.
Ésta es la primera casualidad de tantas que aparecen a lo largo de la serie para justificar la relación que existe entre los personajes. La segunda coincidencia surge inmediatamente, cuando Louise llega al consultorio en donde trabaja como secretaria, para darse cuenta de que su nuevo jefe es nada más y nada menos que su ligue de fin de semana. Así es, el guapo David parece ser su destino.
La narrativa se revela cuando nos enteramos que David está casado con Adele (Eve Hewson), su pareja de muchos años y con quien busca reconstruir su vida. Ellos son los nuevos del vecindario, un lugar que se siente como pueblo chico por las increíbles coincidencias y cercanías, pero con el dato de que se trata de la ciudad de Londres.
Es así que por azares del destino, Adele conoce a Louise de la forma más común: chocando contra ella al dar la vuelta en una esquina. ¡Literal! En este momento comienza una relación clandestina entre Adele y Louise, lejos de la presencia de David.
La conexión entre ellas se da por una soledad compartida, y el vínculo se hace más fuerte cuando Louise le cuenta a Adele sobre sus sueños y pesadillas. Adele, que está medicada y es supervisada constantemente por David, le comparte un secreto a Louise para que pueda controlar su actividad onírica.
Es en este contexto que Louise, sin importar las consecuencias, decide ponerle sabor a su vida para comenzar un trío amoroso con sus nuevos mejores amigos. Su hijo Adam (Tyler Howit) pasa a segundo plano por el simple hecho de que Louise está cansada de fracasar en el amor. En vez de procurarlo y ser feliz con él, prefiere involucrarse con una pareja que no conoce y, que de pronto, parece indicar el rumbo de su propia vida.
La cereza en el pastel la coloca Rob (Robert Aramayo), un adicto a la heroína que vemos solo en retrospectiva y quien conoce a la niña rica Adele durante una estancia en un centro de rehabilitación. ¡Abróchense los cinturones porque ahora sí comienza lo bueno! Con Rob, Adele practica el dominio de un poder sobrenatural que le permite literalmente salirse de su cuerpo para espiar y navegar por el mundo, sí, así como se escucha, una valiosa enseñanza que transmite tiempo después a Louise.
En Detrás de sus ojos, dirigida por Erik Richter Strand y escrita por Angela LaManna (The Punisher) y Steve Lightfoot (Hannibal), todo es un juego de apariencias, máscaras y posibilidades que saltan hacia todos lados. Lo que comienza como un thriller de suspenso, poco a poco nos desilusiona y se convierte en un volado narrativo con elementos de ciencia ficción, fantasía y viajes astrales que lo hacen poco creíble, incluso en su propio contexto.
El camino hacia la explicación de este drama con tintes chick flick y escenas eróticas al estilo 50 Sombras de Grey, es un recorrido lapidario. La tensión sexual entre David y Louise brilla por su ausencia y las acciones de los personajes, por momentos robóticas e inexpresivas, no encuentran sentido hasta que por arte de magia, y después de horas de tortura, se revela el “gran final”, que en vez de ser una conclusión contundente, se desnuda como un mal chiste, como si todo hubiera sido una broma de mal gusto.