por Montserrat Pérez Bonfil
[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]ste fin de semana, Netflix estrenó Historia de un crimen: Colosio (2019- ), una nueva serie antológica en la que cada temporada se presentará un crimen controversial.
Inspirada en los hechos acontecidos a mediados de los años 90 en el panorama político mexicano, la primera temporada de Historia de un crimen retrata el asesinato de Luis Donaldo Colosio y su posterior repercusión tanto en la vida íntima de la familia Colosio, como al interior del PRI, partido hegemónico al que pertenecía Luis Donaldo.
Con un primer capítulo falto de ritmo, a la serie le cuesta trabajo despegar, pero una vez que plantea la trama —Colosio, amado por el pueblo y odiado por su partido, es asesinado en medio de un complot maquinado desde lo más alto del gobiero—, la serie se convierte en un thriller bien construido y lleno de intrigas que mantiene al espctador pegado a la pantalla.
A lo largo de ocho capítulos dirigidos por Hiromi Kamata y Natalia Beristáin, vamos conociendo —o recordando— a los protagonistas de lo que fuera una gran tragedia para el pueblo mexicano, ya que con la muerte de Colosio se vio aniquilada la esperanza de un cambio para el país.
En un juego de contrapesos entre el bien y el mal, veremos a Carlos Salinas (Ari Brickman) jalando los hilos desde lo más alto para manipular a todo el partido, pero cuando encuentra resistencia en Colosio (Jorge A. Jiménez), su candidato presidenciable, maquina para deshacerse de él, desatando una serie de intrigas en el partido, en los medios, en la población y especialmente en Diana Laura Riojas (Ilse Salas), la viuda de Colosio.
El 23 de marzo de 1994, Luis Donaldo visita la población de Lomas Taurinas en Tijuana, Baja California. Previo a la llegada del candidato, la policía local, encabezada por Federico Benítez (Alberto Guerra), planea la estrategia de seguridad para el evento, pero las autoridades federales y el Estado Mayor Presidencial arriban al lugar con un grupo de seguridad privada para hacerce cargo.
Benítez, un hombre testarudo y de temperamento recio, se hace a un lado, pero asiste al evento y cuando se desata el caos tras los balazos, captura a un sospechoso que lleva la chamarra manchada de sangre, mientras que Luis Donaldo es trasladado de urgencia al hospital y el Estado Mayor detiene a otro sospechoso llamado Mario Aburto (Jorge Antonio Guerrero).
Mientras tanto, Diana Laura, a quien le quedan pocos meses de vida porque sufre de cáncer terminal, viaja hacia Tijuana, sin sospechar que el padre de sus hijos ha encontrado la muerte antes que ella.
Los sospechosos son llevados a la estación de policía, donde Benítez será testigo de las irregularidades en los interrogatorios, la incriminación de Mario Aburto y la liberación, sin pruebas, del otro sospechoso.
Diana Laura arriba a Tijuana para enfrentarse con la muerte de su marido e iniciar una lucha contrareloj para descubrir la verdad antes de que el cáncer acabe con ella. Ilse Salas interpreta de manera prodigiosa a esta mujer que, a pesar de su apariencia débil, fue un roble durante los ocho meses que vivió tras el asesinato de Luis Donaldo.
Para lograr su interpretación, Salas contactó a Mariana y Luis Donaldo, hijos de Diana Laura y Colosio, quienes compartieron con la actriz cómo había sido su madre en vida.
El cast fue cuidadosamente escogido: los actores son físicamente muy similares a los personajes que representan, y están muy bien dirigidos, a pesar de que algunos de los diálogos dejan mucho que desear (el diálogo sigue siendo uno de los talones de Aquiles de los guionistas mexicanos).
Por otro lado, es muy destacable cómo, de manera creativa e inteligente, las directoras insertan pietaje original capturado por los medios de la época en momentos clave de la historia, cosa que ayuda a mantener e incrementar la tensión de la trama.
Lo único que nos queda decir es: Historia de un crimen: Colosio es una serie que vale la pena. Te sugerimos maratonearla este fin.