Reseña del primer episodio de la cuarta temporada de The Bear. Disponible en Disney Plus. Carm tendrá sólo dos meses para salvar su negocio.
Carm cocina una salsa pomodoro y de fondo suena “That’s The Way” de Led Zeppelin. Mike y él platican sobre un negocio del alquiler de autos que acaba de quebrar. Y mientras Mike hace algunas observaciones sobre la pomodoro, Carm abre su corazón y revela la razón por la cual desea poner un restaurante: y es que en su imaginario, son el escenario de su felicidad.
Cuando Carm era niño, recuerda que los momentos mas felices los tuvieron en un par de restaurantes… en medio de toda esa toxicidad familiar, los restaurantes parecen ser su lugar seguro. Y tiene la fantasía de que él y Mike podrían poner juntos un restaurante: “Las personas querrán ir a celebrar.. en sus días buenos y más si tuvieron un día malo. Podemos hacerlos felices”, le dice a su hermano.
Este momento mágico en donde ambos hermanos parecen haber tenido una Epifanía, contrasta con la canción de Led Zepellin, la cual habla sobre la pérdida de la inocencia, en donde dos niños ya no van a poder jugar juntos debido a que la madre de uno —quien es el que “cuenta la historia”—, no desea que sean amigos.
¿Por qué? Porque quizá nacieron en distintas clases sociales, porque sus familias tienen diferentes visiones políticas… etc. El niño que funge de narrador desea romper la ilusión del otro… parece ser el chico práctico, con los pies en la tierra, el realista que ha madurado y sabe que la vida no es un juego ni un cuento de hadas. El otro… es un niño fantasioso. Así pues, en algún momento, esa parece ser la dinámica entre Mike, el hermano mayor, y Carm. sin embargo, a diferencia de la canción que Mara una ruptura definitiva, Carm logra contagiar a su hermano.
Así comienza la temporada cuatro de The Bear en donde los protagonistas se encuentran en la notica de que tienen sólo dos meses para operar antes de cerrar, a menos que el negocio comience a ser rentable. De nuevo, Carm trabaja contrarreloj. Y en medio de la presión y la angustia, el protagonista parece vivir cada día como si fuera el mismo. De hecho, vemos una escena en la que Carm está dormido mientras en la tele vemos a Bill Murray esperando a que suene su despertador en El día de la marmota.
Es curioso que el anhelo de Mike sea el de hacer feliz a la gente, consentirla y cuidarla a través de la comida mientras que su trabajo en The Bear resulta sumamente estresante y sufridor. Y las dinámicas del personal son igual de tóxicas que la familia de Carm.
¿Cómo lo va a solucionar? ¿Podrá salvar el restaurante? ¿Todo es culpa de Carm? A pesar de lo que Carm piensa, él no está solo, por lo que el cambio y el esfuerzo de los demás personajes será fundamental para el éxito del lugar. Y es que al final de cuentas, The Bear gira en torno a la familia, tanto de sangre como la que se forma a lo largo de nuestra vida, y la armonía de una familia no depende de una persona sino de todos sus miembros.