La segunda temporada de la serie After Life, original de Netflix, que escribe, dirige y protagoniza el británico Ricky Gervais, conserva la fórmula ganadora cómico-depresiva de la primera entrega, pero lejos de transcender la narrativa se repite, al grado de convertirse en un viaje melancólico y existencial cíclico sobre el significado de la vida.
Tony es el personaje principal, un periodista del diario local The Tambury Gazette que no logra sobreponerse a la muerte por cáncer de su esposa Lisa (Kerry Goldliman). Vive en un pequeño pueblo de Inglaterra donde los contratiempos y sucesos extraordinarios son poco comunes.
La rutina de Tony es básica: se despierta con la ayuda de su inseparable perro, lo alimenta y lo lleva a dar un paseo, después va a las oficinas del periódico a contagiar a la redacción con su mal humor, posteriormente visita a su padre Ray (David Bradley) en el asilo y, finalmente, termina el día en casa bebiendo alcohol y observando videos que Lisa grabó para darle fuerza y mantenerlo con vida después de su partida.
Esto se repite una y otra vez durante toda la serie con sus matices, como por ejemplo, ver videos caseros de su matrimonio para recordar lo feliz que fue por 25 años o los viajes al cementerio para sentarse frente a la tumba de Lisa y platicar con su comprensiva amiga Anne (Penelope Wilton), con quien comparte el sentimiento de ausencia de un ser querido.
Tony no encuentra sentido a la vida, ni motivos suficientes para superar la pérdida y seguir adelante. Lo ha intentado todo con la ayuda de su cuñado Matt (Tom Basden) y sus pocos amigos. Nada parece funcionar: ni la terapia psicológica, ni la meditación, ni tampoco salir con otras personas y mucho menos fumar heroína.
Lisa lo era todo. Representa el ideal en las relaciones de pareja, la media naranja que quisiéramos tener y que nos recuerda que los complementos en la vida sí existen. El único vínculo con esa felicidad es su perro, un ser incondicional que experimenta, a su manera, el mismo dolor y por quien vale la pena vivir.
A pesar del constante estado depresivo y suicida de Tony, en esta segunda temporada encuentra generosidad y esperanza en pequeños proyectos altruistas como apoyar a Matt en su proceso de separación, evitar la compa-venta del periódico para que sus compañeros de trabajo Lenny (Tony Way), Kath (Diane Morgan) y Sandy (Mandeep Dhillion) no pierdan el empleo o servir de cupido entre el cartero (Joe Wilkinson) y su amiga trabajadora sexual Roxy (Roisin Conaty).
After Life está cargada de estereotipos sociales que funcionan como seres vulnerables alrededor de Tony para que descargue su dolor y enojo, sentimientos que mezcla con el poco humor que le queda para advertirle al mundo que la única salida para él es el suicidio.
Cuando Ricky Gervais aprovecha con su talento estos intermitentes flashazos de comedia y sale del drama del personaje abatido y oscuro, al que generalmente acompañan canciones sentimentales y bonitas, es cuando más brilla la serie y entrega los mejores momentos.
Los pasajes con su padre en el asilo, la relación con la enfermera (Ashley Jensen), las entrevistas a ciudadanos que, por sus grandes hazañas, quieren salir en el diario local y los diálogos en la redacción del periódico, complementan con armonía la atmósfera de la serie.
El humor sutil y característico de Gervais navega entre sus proyectos pasados (The Office, Extras y Derek) como si hubiera hecho un licuado de chistes e ideas para la construcción de esta nueva narrativa conmovedora sobre el doloroso camino después de una pérdida, pero que también habla sobre la bondad que existe en las personas.
Por más que Tony se esfuerza en ser la víctima y escupir su frustración a los demás, siempre encuentra un halo de naturaleza humana y bondad en su entorno que lo regresan a un lugar de calma, reflexivo y de esperanza.
Esta segunda entrega se compone nuevamente de 6 episodios de 30 minutos aproximadamente, que divierten y entretienen, pero que dan vueltas sobre la propuesta que vimos desde la primera temporada y que agonizan lentamente en el repetitivo comportamiento de Tony.