por Vladimir Beciez
La reapertura de las salas de cine viene acompañada por una de las películas más esperadas del año: Tenet, el nuevo trabajo del director británico Christopher Nolan, quien nos vuelve a sorprender con una historia de espías internacionales que tienen la misión de establecer el orden mundial, amenazado por una organización dedicada al tráfico de armas y tecnología.
El protagonista, interpretado por John David Washington, tiene como objetivo principal participar en una operación de seguridad en una sala de conciertos, pero no sabemos con certeza cuál es su papel en la misión ni a qué bando pertenece.
Durante el desarrollo de la trama, el personaje principal interactúa con personas que lo dirigen en diferentes misiones y tareas que ni él mismo comprende y es ahí cuando Neil (Robert Pattinson), lo apoya como una especie de guía para explicarle la importancia de su participación.
Junto con el protagonista, vamos tratando de descubrir quiénes son sus aliados, la mecánica de la organización a la que pertenece, los intereses de los grupos armados que amenazan el orden global y el papel de una mujer que se debate entre ambos polos de la historia: Kat (Elizabeth Debicki).
Como en entregas pasadas de Christopher Nolan, una buena parte de Tenet está grabada en formato IMAX, con un diseño y mezcla de sonido ágil y explosivo. Se evitó el uso de gráficos animados por computadora para darle un toque de realidad a las escenas y las secuencias de acción.
Sin embargo, buena parte estas secuencias no están plenamente justificadas, el guion pudo habernos contado la misma historia sin los helicópteros, los autos destrozados, los aviones y muchos otros elementos que parecen haber sido incluidos innecesariamente para darle un toque de acción.
La música es un cierto y fue compuesta por Ludwig Göransson (Black Panther, Creed, Marley & Me) especialmente para el largometraje. Es extraordinaria. De igual forma, la fotografía a cargo de Hoyte van Hoytema (Interstellar, Dunkirk, The Fighter) es de una calidad notable y juega un rol importante en el desarrollo de la historia por la paleta de colores cambiante que nos va dando algunas pistas para entender lo que va sucediendo.
Estos elementos hacen que Tenet sea una película que debe disfrutarse en la pantalla grande, pues la experiencia es alucinante, llena de energía y dinamismo.
Para quienes disfrutan de las cintas previas de Nolan como Memento, Inception o Interstellar, podrán anticipar que sus historias no transcurren de manera lineal en tiempo y espacio. Para el director, el arte narrativo implica sacarnos de nuestra zona de confort y nos reta a entender que tiempo y espacio pueden alterarse por la ambición, el amor, la esperanza o el deseo de supervivencia.
Por ejemplo, en Inception uno puede empatizar con el dolor de Dominick Cobb (Leonardo Di Caprio) para generar mundos alternos en los que puede vivir con un ser amado que ya murió o está distante. En Interstellar, uno de los motores principales del personaje principal es guiado por el amor a su hija y encuentra en este hilo conductor, respuestas científicas, asume riesgos y consigue salvar a la humanidad.
En el caso de Tenet, esas motivaciones no quedan abiertamente claras y tendremos que ir descubriendo los motivos de los personajes al mismo tiempo en que vamos tratando de entender el contexto junto con ellos.
En este sentido, Tenet nos desafía para tratar de seguir el hilo conductor de una historia que no transcurre de forma lineal.
Por otra parte, el trabajo actoral cumple pero no es extraordinario, y esto es resultado de un guion que no tiene diálogos profundos. Tampoco hay un desarrollo de personajes sólido que nos ayude a entender sus motivaciones, con sentimientos y conductas que hagan sentirnos cercanos a ellos. Es el caso del antagonista Andrei Sator (Kenneth Branagh) quien no logra transmitirnos de forma creíble el por qué de sus decisiones. Tal vez esa sea la parte más débil de la historia.
Tenet es una cinta que requiere de una atención constante, hecha para vivir la confusión de los sucesos junto con los personajes. A pesar de que los relatos de la historia están basados en fenómenos que necesitan una explicación científica, estos son sólo un contexto de reflexiones más profundas que tienen que ver con la circunstancia humana y nuestra lucha constante por sobrevivir ante dificultades que nosotros mismos nos hemos impuesto.
Es valioso que la historia promueva la divulgación y el interés por la ciencia, así como el entendimiento de conceptos no tradicionales que obligan al espectador a cuestionarse y a buscar respuestas más allá de lo evidente.
Tenet sin duda nos dejará confundidos y en estado reflexivo. Es una buena película que me emocionó mucho verla en su formato original, transpiré con los personajes. Fue conmovedor regresar a una sala de cine para ver una producción de alta calidad.
Sobre la producción
Tenet es la producción más cara en la historia de Christopher Nolan, quien dirige y escribe la cinta. Reportes de la prensa especializada calculan que Warner Bros gastó más de 200 millones de dólares en su realización.
En México se estrenó el 16 de septiembre después de haberse pospuesto en algunas ocasiones debido a la pandemia de coronavirus y la reapertura de las salas de cine. El 26 de agosto se lanzó para buena parte de Europa y el 3 de septiembre para Estados Unidos.
De acuerdo al sitio especializado Variety, hace tan sólo unos días rebasó la marca de ganancias de 200 millones de dólares, con todo y que mercados importantes para la industria como Nueva York y California siguen con muchas salas de cine cerradas.