Tras meses de retraso a consecuencia de la pandemia, Mujer Maravilla 1984, se estrenó la semana pasada con expectativas muy altas. El éxito de la franquicia descansa en los hombros de una madura Diana Prince, quien las enfrenta y supera como si fuera una prueba de los Juegos Amazónicos de Themyscira.
La película está ambientada en la década de los 80, casi siete décadas después de los eventos ocurridos en Mujer Maravilla (2017). Diana (Gal Gadot) equilibra su vida entre su trabajo en un museo y su labor como heroína, la cual realiza siempre con la precaución de no dejar pruebas de su existencia.
Diana impide un robo a una joyería, la cual resulta ser fachada de un negocio de mercado negro de piezas extrañas y valiosas. Entre esas se encuentra una misteriosa piedra, la cual tiene un extraño mensaje grabado en latín incitando a aquel quien la tenga a pedir su deseo más anhelado.
Sorpresivamente, Diana descubre que su deseo se cumple y su gran amor Steve (Chris Pine) vuelve en el cuerpo de un hombre de la época. ¿Qué es lo que realmente debes sacrificar para que lo que más deseas se pueda cumplir? Esa será una pregunta que se desarrollará a lo largo de la cinta.
La película tiene más cosas buenas que malas. Gran parte de esto se debe a la interpretación que hace Gal Gadot de Diana y la buena mancuerna que ha hecho con la directora Patty Jenkins, quien ha declarado que la actriz es tan buena interpretando la historia como lo es ejerciendo su labor de productora.
La actuación de Gadot se ve complementada por muy buenos trabajos de Pedro Pascal (The Mandalorian) y Kristen Wiig, quienes interpretan a Barbara Minerva y Max Lord, respectivamente. Ambos no sólo serán los villanos de la Mujer Maravilla sino que representan una crítica de la ruptura que puede tener una persona o una sociedad frente a una ambición desbordada.
Otro punto destacado es el diseño de producción y el vestuario. Al ser una película de época, cada detalle que se presenta a cuadro debe situarte y sostenerte en el año que se está desarrollando en la cinta y en Mujer Maravilla 1984 se realiza muy bien. La música de Hans Zimmer es otro factor envolvente para la audiencia.
Dos puntos que tiene la película en contra son la duración y el guion. La cinta dura dos horas y media y gran parte del tiempo en el que se pierde el interés tiene que ver con momentos muy cursis, los cuales parecen metidos a calzador para darle una dimensión más amorosa o romántica a la Mujer Maravilla, mismos que no son necesarios pues durante la propia construcción del personaje queda claro cómo es Diana y qué está dispuesta a hacer.
Un detalle que hace que la cinta pierda calidad son las escenas estilo Zack Snyder, es decir, momentos de acción ejecutados en cámara lenta. El recurso en Mujer Maravilla 1984 se ve chafa incluso llega a desfigurar el rostro de Gal Gadot. Sin lugar a dudas es más atractivo el estilo de filmación que tiene Patty Jenkinks para engrandecer la figura de Diana desde la actuación misma.
Mujer Maravilla 1984 es un viaje por el proceso de madurez de Diana, quien entiende mejor que nunca el accionar de la sociedad y toma con sabiduría las enseñanzas de las decisiones que va tomando. La película posiciona a la Mujer Maravilla como el personaje mejor desarrollado dentro del Universo extendido de DC (DCEU) y una de las columnas más sólidas de todo el proyecto.
Por cierto, quédense a ver la escena después de los primeros créditos pues se encontrarán con una sorpresa que robará más que una sonrisa a aquellos fanáticos que han seguido la historia de Diana Prince más allá de los cómics.