Alistair Russell (Gary Oldman) es un padre abusador quien se ha mudado con su familia a Nueva York, luego de la muerte de una compañera laboral en extrañas circunstancias. En el nuevo vecindario, su hijo adolescente Ethan (Fred Hechinger), entabla una extraña conexión con Anna Fox (Amy Adams), una psicóloga infantil que padece de agorafobia y se la vive espiando a los vecinos, tomando vino y medicamentos. Así comienza La mujer en la ventana (The Woman in the Window, EU-2021) de Joe Wright.
Tomando en cuenta al director y su elenco —el cual es complementado por Julianne Moore, Anthony Mackie, Wyatt Russell y Jennifer Jason Leigh—, se generó mucha expectativa, pues la cinta es una adaptación de la exitosa novela homónima del autor A. J. Finn, publicada en 2018. Sin embargo, ambas obras se verían envueltas en polémica y problemas tras bambalinas.
La novela empezaría a tener críticas negativas al descubrirse que su autor es en realidad Daniel Mallory, un editor que ha mentido sobre sus logros académicos, la muerte de sus familiares, y que gran parte de la obra es un plagio de la película Copycat (Jon Amiel, 1995) y la novela Saving April de Sarah A. Denzil, publicada en 2016.
Por su parte la cinta que originalmente estaba programada para estrenarse el 4 de octubre de 2019, a tiempo para las nominaciones al Oscar, sufriría retrasos, luego de que fuera calificada confusa por el publico de prueba, al grado de tener que rescribir el guion y hacer nuevas tomas. Luego el estreno sufriría mas retrasos, primero por la compra del estudio por parte de Disney, y luego, por la pandemia, dando como resultado su estreno en Netflix casi dos años después de su fecha original.
Aunque todas estas complicaciones son suficientes para justificar que la película resultara tan dispareja, desde un ritmo que por momento es tedioso (aunque dura menos de dos horas) hasta la disparidad de los estilos de iluminación y fotografía, es innegable que el trabajo de Wright al dirigir a su elenco también resulta deficiente.
Amy Adams, aunque cumplidora, no logra el nivel mostrado en la miniserie de HBO Sharp Objects, en el cual también interpreto a una mujer desequilibrada, que intenta retomar su vida. Además, el guion no ayuda a generar una verdadera empatía con su personaje, pues nos la muestran como una entrometida y no como alguien genuinamente preocupada, llegando al extremo de quedar hasta cierto punto como villana, al revelarse el motivo de su agorafobia, ya que nunca ahondan en la situación que provoca su accidente.
Por su parte, Fred Hechinger, nunca logra mostrarse como la victima indefensa de los abusos físicos de su padre, mientras que Oldman muestra un tono monótono, el cual solo varia cuando mira con tristeza y desesperación por un segundo a Adams.Aunque la película resulta entretenida, en ningún momento se siente que haya sido concebida para estreno en cines, y mucho menos para ser contendiente a premios de renombre, pues su calidad es la de cualquier thriller genérico sin estrellas que puede verse en los actuales servicios de streaming.