por Miguel Mora Vargas
Enamorado de tu mujer (Amoureux de ma femme, Francia, 2018) es una comedia sin pretensiones, bien realizada. Dirigida y actuada por Daniel Auteuil, está basada en la obra de teatro L’Envers du décor de Florian Zeller y adaptada al cine por él mismo.
La historia, situada en París, es muy sencilla. Se trata de un encuentro casual de dos amigos: Daniel ( Daniel Auteuil), un experto editor que reconoce en la calle a su amigo Patrick (Gérard Depardieu) a quien no veía desde su divorcio. La coincidencia los lleva a reunirse primero en restaurante, entre otras cosas porque Daniel se imagina la reacción de su mujer que fue en algún tiempo amiga de la ex esposa de Patrick y si se presenta con él de sorpresa en su casa, puede ocasionarle un disgusto. Sin embargo, el reencuentro se vuelve motivo de festejo y finalmente Daniel invita a su amigo a cenar a su casa el fin de semana.
Sin más preámbulos, el sábado por la tarde Patrick llega acompañado por su nueva novia Emma (Adriana Ugarte), una mujer guapa y mucho más joven que ellos dos. Casi al instante, Daniel queda hechizado por la belleza de la joven y empieza a fantasear con ella, mientras que su mujer, Isabelle (Sandrine Kiberlain), sospecha de sus pensamientos lujuriosos.
Las situaciones fantasiosas se repiten una y otra vez, en un principio son escenas cortas que siempre regresan en el tiempo al mismo momento donde arrancaron, pero conforme avanza el metraje las situaciones se prolongan llevándonos hasta Ibiza , Valencia e incluso Venecia, convirtiéndose en verdaderos flashforwards que describen la situación mental del protagonista, cuestión que puede llegar a influir en el espectador y confundirlo. No obstante, la habilidad de Auteuil para narrar hace que el público no se pierda y lleva la historia a terreno firme para distinguir lo que es la imaginación del protagonista y la realidad.
Es gracias al elenco que la mayoría de los momentos son entretenidos a pesar de que el tono cómico se transforma en un tono dramático, producto de la crisis emocional del protagonista ocasionada por el encuentro con la chica.
La cinta pone en entredicho la moral pequeño-burguesa de la pareja anfitriona, ente otras cosas porque la presencia de la joven Emma evidencia la diferencia de edades y se vuelve patente que no se parece en nada a la esposa abandonada por Patrick, cosa que provoca un cuestionamiento interno en Daniel e Isabelle, un matrimonio que claramente está instalado en su rutina de clase media acomodada.
La fotografía a cargo de Jean-François Robin es formal, evita los contrastes y se mantiene en la gama de los tonos brillantes, para mantener el estilo de comedia dramática, logrando atmósferas acordes a las situaciones fantasiosas del protagonista que forman la columna vertebral de la película.
Si quieres disfrutar de una comedia ligera con buenas actuaciones, no te la pierdas.