Los tres amigos: Guillermo Del Toro, Alejandro G. Iñárritu y Alfonso Cuarón no salvaron al cine mexicano ni son héroes; tampoco el diputado Sergio Mayer y mucho menos Morena.
Hoy, 28 de mayo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a los legisladores para que lo ayuden y aprueben la extinción de distintos fideicomisos porque “había un abuso y se usaba dinero de manera discrecional”.
“Entonces, esto no significa que se van a quedar sin apoyo los creadores, los cineastas, los investigadores. No, van a seguir recibiendo su apoyo, nada más que lo vamos a hacer de otra forma, les vamos a entregar de manera directa lo que les corresponde, sin estos instrumentos de intermediación, administrados por gente sin escrúpulos”, señaló el presidente.
Por lo que la desaparición del Fidecine. Fondo de Inversión y Estímulos al Cine es inminente y nadie, ni los tres amigos van a poder detenerla.
Cine mexicano, siempre bajo ataque
La producción nacional sobrevive a todo desde hace años: recortes presupuestales, problemas de distribución y exhibición y al poder de Hollywood que acapara todas las pantallas comerciales de cine.
Pero en este sexenio, la comunidad cinematográfica ha tenido que enfrentar muchas amenazas, curiosamente de Morena, un partido “cercano” a la comunidad.
En el 2018, la diputada Sandra Simey, “La paloma” intentó pasar una iniciativa de reforma al artículo 189 y derogar el 190 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) pero de inmediato, la comunidad cinematográfica lo impidió.
Después llegó una pólemica propuesta hecha por senador de Morena Martí Batres de doblar al español todas las películas extranjeras que se estrenen en México y la última: desparecer El FIDECINE, un fideicomiso federal para la producción, postproducción, distribución y exhibición de largometrajes de ficción y/o animación mediante la inversión de capital de riesgo y/o la prestación de créditos.
Lo que inusitadamente despertó el interés de muchos medios de comunicación que antes no se interesaban por el tema.
Pero lo sorprendente fue ver que Guillermo Del Toro, Alejandro G. Iñárritu y Alfonso Cuarón se involucraran en el tema y decidieran, vía zoom, dar su opinión preocupados por la desaparición de un fideicomiso de 70 millones de pesos al año.
¿Qué dijeron los tres amigos?
Guillermo del Toro dijo: “Nosotros somos gente de cine, si vas arreglar un refrigerador no le hablas a un mecánico. La ruptura en la comunicación es la que armó todo este desmadre. El cine mexicano tiene una gran importancia a nivel mundial que ha costado repuntarlo con los recursos que existen. Desde los 15 años, creo en el cine mexicano; las carreras van y vienen pero aquí estamos. Es importante que haya claridad de lo que se va hacer y que se nos consulte y que haya transparencia a la comunidad en general”.
Por su parte, Alfonso Cuarón opinó: “El cine es cultura pero en nuestro país también es industria y está en crecimiento constante y creo que de las pocas exitosas en nuestro país. La industria no se creó sola, estos estímulos han sido fundamentales para el desarrollo de una comunidad que ha creado esta industria. En Colombia hay incentivos incentivos fiscales muy grandes y si nuestro país no da estímulos de este tipo, va a haber una fuga y esto (México), que pudo ser un centro de la industria en Latinoamérica, ahora lo será Colombia.
Finalmente, Alejandro G. Iñárritu fue quien levantó la voz: “Cuando yo hice Amores Perros se producían ocho o siete películas y ahora se producen 200 y creo que la industria se lo ha ganado”.
Para el director de El renacido, el cine mexicano es un “embajador, una imagen, una memoria… es la documentación de una cultura. Es una industria que se ha ganado peso a peso el apoyo que se le ha dado y ha regresado mucho más. Lo que yo quiero proponer es que se refuerce y que lo dupliquen. Y mandar el mensaje de que esta industria es un ejemplo de que un apoyo bien utilizado puede dar mucho rendimiento y ojalá, ahora, la noticia sea que se redoblan los esfuerzos para una industria que ha pagado mucho”.
Y es que el Fidecine es un capital semilla: a partir de que alguna producción obtiene el apoyo tiene que salir a buscar más dinero para poder filmar el proyecto que beneficiará a una larga cadena personas que comienzan con el director, guionista, actores y una larga lista de profesiones y oficios: carpinteros, diseñadores, choferes, iluminadores y un largo etcétera.
Sin embargo, las guerras para el cine mexicano van a continuar. El Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) no tiene presupuesto ni para café, aunque prometió que los apoyos no se recortarán, pero cumplirá con la Ley de Austeridad Republicana y como medida para hacer frente a la emergencia nacional por Covid-19.
Por eso, para que Del Toro, Iñárritu y Cuarón sean los verdaderos “héroes” del cine mexicano hace falta más que una reunión vía zoom; urge que con su liderazgo y posición en el cine mundial convoquen a la comunidad a defender e impulsar el cine mexicano porque vienen muchas batallas que enfrentar y tiempos duros para el cine mexicano.