Cruella, la nueva película de Disney live-action, cuenta de forma profunda, divertida y cargada de energía, la historia detrás el personaje Cruella De Vil (Emma Stone), la villana del clásico animado 101 Dálmatas.
La cinta es un viaje desde la incomprendida infancia de Estella y su alter ego Cruella, quien después de descubrir una terrible tragedia, se queda sola con su amado perro Buddy en las calles de Londres durante la década de 1970.
En este contexto, Estella conoce a sus dos mejores amigos: Jasper (Joe Fry) y Horace (Paul Walker Hauser). Ellos la integran a su banda de estafadores y se convierten en una familia muy unida.
Ya de grande y por un golpe de suerte, Estella consigue el trabajo de sus sueños como diseñadora de moda con La Baronesa Von Hellman (Emma Thompson), una leyenda viviente de la industria. Es entonces que surge una rivalidad de poder entre ambas mujeres por demostrar su capacidad como emprendedoras y posicionar su nombre. Una serie de sucesos convierten esta relación laboral en una lucha de vida o muerte en donde se revela la verdadera personalidad y el talento como diseñadora de Cruella De Vil.
La película está dirigida por Craig Gillespie (Yo, Tonya) y tiene ritmo, emoción y un soundtrack cargado de éxitos musicales de la época. Por momentos, parece como un recurso excesivo del que se echa mano para sostener una trama cuando no lo necesita.
A pesar de las 2 horas con 14 minutos de duración, las acciones de los personajes son bastante ágiles y brincamos rápidamente de escena en escena. Uno de los aciertos de la cinta es que es un producto con mucha energía, divertido y entretenido.
Cruella no está dirigida a un público infantil. Hay lapsos en los que la historia es muy cruda y muestra una realidad dolorosa. Aquí encuentro otro acierto: utilizar a la institución social de la familia como el eje central del desarrollo del personaje de Cruella.
Las actuaciones de las dos Emmas brillan y hacen que la película funcione. Me quedo con el papel de Emma Thompson como La Baronesa y la genial villana de la historia. El vestuario y la adaptación al contexto histórico en pleno surgimiento del movimiento punk, completan la personalidad de la cinta y se llevan las palmas.
Cruella es una propuesta agradable que por supuesto tiene el sello característico y fantástico de Disney, a veces poco poco creíble e integrado porque sí; pero en general, se trata una película interesante y visualmente atractiva.