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Aún más bella: reseña


por Miguel Mora

3.5 de 5

Una enfermedad perniciosa y siniestra que no deja de  agobiar a las mujeres en la actualidad es el cáncer de mama.

En su opera prima, Aún más bella (De plus belle, Francia, Bélgica, 2017), Anne-Gaëlle Daval nos cuenta la historia de una mujer que sufre una profunda depresión e inseguridad después de haberse sometido a los tratamientos para erradicar el cáncer de mama.

A través de la visión de Lucie Larchet, (Florence Foresti) poco a poco nos va convenciendo de lo difícil que es la reincorporación de un enfermo de esta mortal enfermedad a la sociedad y a sus labores cotidianas.

Situada en Lyon, Francia, la historia avanza de manera realista, con un personaje que se niega a aceptar su nuevo aspecto, por la peluca que lleva puesta para ocultar los estragos que le causaron los fármacos.

Sin embargo, lejos de hundirse en un drama lacrimógeno como es el caso de Love Story  de Arthur Hiller (EUA, 1970), la cinta Aún más bella, se va por un camino más fresco y ligero.

La directora propone una combinación de padecimiento y amor que permite al personaje central tener un carisma especial para enfrentar el futuro sin caer en escenas patéticas llenas de sollozos. La familia y sus amigos forman parte importante para la recuperación de la protagonista, pero en especial la aparición de Clovis (Mathieu Kassovitz), una especie de conquistador de oficio que se empeña en seducirla.

Supuestamente la protagonista tiene todos los elementos a la mano para restablecerse, no obstante le cuesta trabajo la relación que sostiene con su madre (Josée Drevon), su hermana menor  (Olivia Bonamy) y su hija (Jeanne Astier), pero el principal problema es su propia aceptación. Sin eso no podrá enfrentar el amor, su rol en el núcleo familiar y a su hija adolecente.

En el momento que conoce a Dalila (Nicole Garcia) una vendedora enigmática de pelucas con una energía interna especial, todo parece cambiar.  La invita a incorporarse a un grupo de mujeres que, mediante el baile y el dominio de su cuerpo, buscan el camino para fortalecer su autoestima.

Los atavismos de Lucie se enfrentan a las ideas de cambio que le proporciona el conjunto de baile, las coreografías están planeadas para no avergonzarse de sí mismas y exaltar su feminidad. No obstante, la lucha entre la aceptación y el rechazo la lleva a alejarse de las insinuaciones cautivadoras de Colvis y a esconder su enfermedad.

Por último, su vida da un giro al enterarse por medio de su hermano médico (Jonathan Cohen)  que la enfermedad ha vuelto con más fuerza. Esto actúa como catalizador dentro de ella, porque la determina a enfrentar al resto de su familia, a su pretendiente y al grupo de danza. Por fin se decide a participar en un espectáculo que termina con un inesperado strip-tease que es presentado como símbolo de aceptación, liberación y redención de la belleza, mostrando su cuerpo en público.

Esta primera película de la directora Daval pose un mensaje importante, porque más que tratarse de una historia para enfrentar la muerte se trata de cómo un personaje lucha por enfrentar la vida.

Con una confección interesante de tomas y lugares, la diseñadora de vestuario Anne-Gaëlle Daval, ahora convertida en escritora y directora nos muestra una forma ligera de narrar que resulta refrescante, con un tema delicado de tratar.

Aún más bella formó parte  del 21º Tour de cine Francés, actualmente en cartelera.

Es una película aceptable que a buena parte del público le podrá interesar.

 

 

 

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