Amor, amor, amor… esa fuerza que mueve el mundo y le da sentido a la vida. ¿Recuerdas la primera vez que alguien hizo que te temblaran las piernas y se te trabara la lengua de la pura emoción de verlo/a? Pues si quieres chillar a moco tendido al tiempo que recuerdas aquellas épocas, te recomiendo que en tu próxima visita al cine veas Amor de medianoche (EUA, 2018).
La cinta, dirigida por Scott Speer, es la adaptación de una película japonesa de 2006 titulada Taiyô no uta o Midnight Sun que nos cuenta la historia de Katie, (Bella Thorne) una simpática, hermosa y talentosa chica huérfana de madre que sufre una rara enfermedad que le impide estar bajo la luz del sol. Debido a esto, su padre ha hecho todo para que ella esté segura, manteniéndola, criándola y educándola lo mejor que puede sin salir de casa.
A Katie le gusta ver el mundo a través de su ventana y su momento favorito del día desde que tiene siete años es ver pasar a Charlie, (Patrick Schwarzenegger) pero él ni siquiera sabe que existe… si tan sólo volteara hacia arriba. Katie crece amado la música y cuando ya es adolescente, su padre le da permiso para ir a tocar su guitarra y cantar ante los transeúntes de la estación local de tren.
Un día, Charlie se dirige a casa tras abandonar una fiesta de playa en la que se siente fuera de lugar, pero de camino una voz angelical llega hasta sus oídos: es Katie que canta en la estación. Charlie queda flechado ante la belleza de la chica y Katie huye, dejado el cuaderno de sus canciones atrás.
Entonces, su alocada amiga Morgan (Quinn Shephard) le ayuda y la guía para lograr un reencuentro que culmina en una hermosa historia de amor. Tan cursi que puede que por momentos sientas que la miel te tiene pegado a la butaca.
Pero —sin pero no hay película— esta hermosa historia de amor tiene un enemigo silencioso que se hace presente cuando menos se lo esperan y los chicos, a su corta edad, tienen que afrontar lo inevitable.
Lo dicho, si estás sediento de miel y un amor que sólo verás en las pantallas, esta peli es para ti. Si no, pasa.