El mortal virus H5G9 ha diezmado a la población. A la par de este evento, han empezado a nacer niños híbridos, mitad humanos y mitad animales, para muchos, ellos son los culpables de todo.
La situación anterior provoca que una facción del ejercito cace a los niños a quienes culpan del virus. Este es el mundo en el que vive Gus “Sweet Tooth”, el primer hibrido y protagonista de la más reciente producción de Netflix, basada en el comic homónimo de Jeff Lemire, publicado por Vertigo de DC Comics.
Gus (Christian Convery) vive aislado en el bosque con su papá (Will Forte), quien ha hecho todo lo posible por mantenerlo a salvo de los “hombres malos”, a la par de educarlo y entretenerlo, con juguetes y libros hechos por él mismo. Lo único que no ha logrado es quitarle la curiosidad a su hijo sobre el mundo exterior y sobre que fue de su madre (Amy Seimetz).
La idílica vida de Gus termina cuando su padre muere y decide salir del bosque en búsqueda de su madre, con ayuda de un mapa y fotografía que su padre mantenía guardados. En el camino encontrará aliados como Tommy Jepper “Big Man” (Nonso Anozie) y Becky “Bear” (Stefania LaVie), con quienes además de avanzar en su misión, ira conociendo que el mundo es mas oscuro de lo que él pensaba, mientras que ellos descubrirán que, a pesar de todo, aún hay esperanza.
Además de Gus, conocemos a Aimee Eden (Dania Ramirez) y su hija hibrida Wendy (Naledi Murray), y quizás los personajes más interesantes – por sus claroscuros- el doctor Singh (Adeel Akhtar) y su esposa Rani Singh (Aliza Vellani) quien es la única que ha logrado sobrevivir al virus durante los 10 años que han pasado desde que se dio el primer brote.
Mientras Aimee y su hija nos muestran como una outsider, encuentra al fin su lugar en el mundo al tener una hija y crear un refugio para todos los híbridos, la vida del Doctor y sus vecinos nos muestra la clase de horrores a los que podemos llegar con tal de salvar a nuestros seres amados y mantener nuestro estilo de vida.
Aunque algunas conexiones de los personajes son algo forzadas y el villano es algo caricaturesco, el guion es bastante sólido, a la par de buenas actuaciones, en especial Gus y Big man, quienes logran transmitir de manera honesta la relación tan sui generis que tienen.
También destacan los buenos efectos visuales, y un soundtrack que, sin caer en lugares comunes, ayuda a acentuar las escenas donde escuchamos clásicos como Blondie o a los contemporáneos Of Monsters and Men.
Aunque de inicio la serie puede parecer un cuento de hadas a la Disney —por su paleta de colores, el tipo de narrador que usan, y por la apariencia tierna de los híbridos —, los productores Robert Downey Jr y Susan Downey conservaron los temas centrales y oscuros del cómic.
Gracias a lo anterior, Sweet Tooth es un cuento de hadas más apegado a los trabajos originales de los hermanos Grimm con un toque campirano, el cual mantiene su función de advertir a sus espectadores de los peligros de actuar de cierta forma, que nos deja con ganas de ver ya la siguiente temporada.