por Jerónimo Arellano Zandi
[av_dropcap1]S[/av_dropcap1]i quieres ver cómo Samuel L. Jackson retoma su rol de detective solitario que combate el crimen en Harlem, debes ver la nueva versión de la cinta Shaft (Estados Unidos, 2019) hecha por Netflix.
La cinta, dirigida por Tim Story, cuenta cómo JJ (Jessie T. Usher), hijo de Shaft, le pide ayuda a su padre para investigar la misteriosa muerte de su mejor amigo. Shaft y su hijo se adentrarán en el mundo de las sombras de Harlem, descubriendo una red de tráfico de drogas que involucra a muchos grupos de poder.
La trama es extremadamente sencilla y los obstáculos nada difíciles para los protagonistas, pero el contraste entre Shaft y JJ es lo que mantiene a la película disfrutable. Por un lado, el hijo representa el estereotipo total de “millenial” pretencioso, mientras que el padre es el arquetipo del rudo de vieja escuela que sigue sus propias reglas y no le importa lo que piensen los demás.
La película forma parte de una de las franquicias más exitosas del género “blaxploitation” que nace en Estados Unidos en la década de los setenta. A grandes rasgos, el género lidia con las aventuras de protagonistas negros luchando contra el crimen o racismo en ciudades estadounidenses. También abarcaron ptros géneros como el horror, el western y la comedia. La producción era de baja calidad, tipo “B movie” y usan estereotipos tan elevados que hasta parecen ridículos.
Shaft (Estados Unidos) de 1971 fue de las primeras cintas de “blaxploitation” y una de las más exitosas, mostrando a un detective “cool” que podía aplastar a la mafia italiana y que ligaba con todas las chicas que se le cruzaban. Una especie de James Bond pero del barrio.
El género estaba dirigido hacia la creciente población negra urbana, pero logró un éxito imprevisto entre otros grupos, así que Hollywood no dudó en explotarlo.
Cabe mencionar que “blaxploitation” está muy influenciado y, hasta cierto punto, determinado por las circunstancias socio-políticas de Estados Unidos de la época. La gentrificación de las áreas urbanas generó mucha pobreza y crimen en las comunidades de descendencia africana. Además, en ese momento, la comunidad negra estaba muy politizada y consciente de su estado en el país ya que la lucha por derechos civiles continuaba.
Aunque el movimiento duró aproximadamente una década, las películas lograron influenciar a muchos jóvenes artistas y hay aspectos de la cultura popular estadounidense que las mantienen vigentes.
Samuel L. Jackson es de esos actores que a través de su magnetismo, voz y gestos, logra cautivar a cualquier audiencia y, a pesar de contar con 71 años, interpreta el papel de Shaft a la perfección en esta nueva versión de la cinta. Es rudo, directo y no duda en tomar lo que desea.
De hecho, la película parece una apuesta peligrosa para los estándares de Netflix, una cadena que busca no transgredir u ofender, ya que el protagonista es insufrible para la cultura actual en la que hay que ser políticamente correctos.
En una escena muy cómica, Shaft y JJ visitan a una sospechosa quien los amenaza con un bat de béisbol, Shaft saca su pistola y su hijo le increpa: “¿Qué haces? ¡Es una mujer!”. El padre lo ve y le responde: “Yo no veo género, veo a alguien con un bat y yo golpeo a todos por igual”. El hijo intenta razonar con la sospechosa quien lo golpea y tumba al suelo.
Esta dinámica sostiene mucho de la película, que tiene un ritmo muy acelerado y no da pausas para generar mayor tensión, pero entretiene y es una buena manera de pasar un domingo.
Actualmente en Netflix.