Roland West – Increíble ¿no? Lo rápido que murió este pueblo
Wayne Hays – No murió, lo mataron.
Después de una aclamada primera temporada y una confusa odiada segunda temporada, llega la tercer temporada de la serie de HBO, True Detective.
En un 2019 lleno de series sobre crímenes y asesinatos uno se pregunta: ¿Cómo hacer una serie policiaca que sea diferente a las demás? La temporada de True Detective 3 tiene la respuesta.
La historia está situada en un pueblito decadente en Arkansas, Estado Unidos, y comienza con la desaparición de los hermanos Purcell, dos hermanitos que salen de su casa en bicicleta rumbo a casa de un amiguito pero no regresan nunca. Nuestros héroes en esta ocasión son los detectives Wayne Hays (el ganador del oscar Mahershala Ali) también conocido con el sobrenombre de “Purple Hays” y Roland West (Stehpen Dorff).
Esta temporada tiene todos los elementos que amamos de la primer temporada: dos héroes trágicos, una compleja historia de amistad, actuaciones fuera de serie, suspenso, música genial, un ambiente obscuro y por supuesto una hechura de primer nivel.
Cabe destacar que cada temporada plantea historias independientes, por lo que en realidad no hace falta haber visto las dos temporadas pasadas para entender la última.
Sin entrar en mucho detalle sobre la divisiva segunda temporada es inevitable admitir que ésta lastimó a la imagen y reputación de la serie creada por Nic Pizzolatto y producida por Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Su enredada trama que parecía no llevar a ningún lado y exceso de personajes hizo que mucha gente ni siquiera terminara de ver la temporada completa. La buena noticia es que si tú eres de esas personas que detestaron la segunda temporada y te estás preguntando si vale la pena ver la tercera temporada, la respuesta es un rotundo sí.
La historia, en esta ocasión, está contada en tres épocas diferentes. 1980, la década en la que sucede la desaparición, 1990 la década en la que se reabre la investigación y el año 2015 en el que vemos a nuestros personajes principales al final de su vida. De modo que nos encontramos saltando de una época a otra mientras la serie progresa. La historia nos lleva de una fecha a otra tratando de ensamblar los pedazos del rompecabezas completo.
Al principio, debo decir que los saltos en el tiempo se me hacían un poco molestos porque me parecía que entorpecen el desarrollo de la historia principal, pero mientras los capítulos avanzan, una subtrama, quizás más profunda, se iba revelando.
Esta no es la historia de un crimen sin resolver (o sí pero no sólo eso), la tercer temporada de True Detective trata sobre algo más universal: El tiempo. La manera de contarnos la historia sugiere que pasado, presente y futuro están entrecruzados. Al mismo tiempo que vamos “recuperando” pedazos de la historia, vemos a nuestros personajes atravesar momentos de sus historias y enfrentarse con dificultades personales, familiares, la pérdida de seres queridos y fantasmas del pasado que no planean irse a ningún lado. Esta manera de contar la historia más que ensuciar nuestro camino hacia la verdad, añade capas de complejidad, logrando momentos sumamente conmovedores que nos hacen olvidar que estamos viendo una serie sobre policías y asesinatos.
En un sentido más general, esta serie nos cuenta la historia de héroes trágicos en universos decadentes y sórdidos, con fallas y defectos pero con un compromiso absoluto con la justicia y la verdad. Planteando que a pesar de que nuestro mundo interno sea un desastre siempre hay algo que podemos hacer para tratar de hacer que este mundo plagado de injusticias tenga un poco más de sentido.