por Miguel Mora Vargas
María por Callas (Maria by Callas: In Her Own Words, Francia, 2017) es un documental dirigido por Tom Volf en el que un gran equipo de producción hizo posible la recuperación de documentos y grabaciones privadas, desconocidas hasta ahora, para que Volf lograra confeccionar un retrato fiel de la vida pública y privada de la cantante de ópera más emblemática del siglo pasado: María Callas.
El documental es leal a la imagen de la cantante, ya que es la misma María Callas la que habla a través de sus cartas y de entrevistas muy bien seleccionadas. Esta forma de narrar nos aparta del estereotipo acostumbrado para abordar las películas biográficas llamadas biopic.
La estructura de este documento histórico está dividida en cuatro actos y un epílogo. La cinta está narrada en orden cronológico, y es grato apreciar la secuencia de su vida, desde su infancia hasta sus últimos años. Además, la producción de la cinta coincide con el 40 aniversario luctuoso de la cantante.
El hilo conductor de la película está dado por una entrevista realizada en 1970 con David Frost, donde María se muestra divertida y mesurada, lo que permite que se salga de la rigidez convencional que adquirió por la fama y nos muestre una faceta vulnerable en la que exhibe la dualidad entre la mujer y la diva.
En esta conversación nos cuenta cómo fue su niñez en Brooklyn, NY, su lugar de nacimiento. Queda claro que en la primera etapa de su vida, su madre fue fundamental para que se dedicara al canto, pero María confiesa que no tuvo una infancia feliz. Más tarde, Callas se traslada a Europa para continuar su educación musical, hasta llegar a Grecia donde termina de perfeccionar su arte. Éste sería el segundo acto dentro de la cronología del film.
Pero tal vez lo más intricado de su historia viene cuando se da su ascenso meteórico en el canto, y tanto en Francia como en Italia María Callas salta a la fama, convirtiéndose en una diva con temperamento difícil. Sin embargo, es curioso ver cómo en está etapa de su vida, es tratada como un objeto de lujo y controlada por su esposo Giovanni Battista Meneghini, quien la hacía trabajar sin descanso. Como consecuencia de ese ritmo desenfrenado, la cantante entra en una etapa de crisis en la que se declara enferma y no puede cantar.
María describe estos momentos como algo que le costó superar, entre otras cosas, porque fue ridiculizada por la prensa y cuestionada por sus seguidores. No obstante las acusaciones de actuar como diva, el interés por la cantante se incrementó al grado de volverse el objeto más preciado de los melómanos que esperaban pacientes para poderla ver en el escenario.
A la par de estos acontecimientos, el documental nos muestra una vida de ensueño rodeada de personalidades como Omar Sharif, Grace Kelly, Luchino Visconti, Vittorio De Sica e incluso Pier Paolo Pasollini, con quien filmó Medea (Italia, 1969). Todos mantuvieron relaciones de amistad y admiración con y por la cantante.
El último acto de la cinta tiene que ver con el divorcio de Callas y su romance con el magnate naviero Aristóteles Onassis, con quien sostuvo una relación tortuosa que se convertiría en una “tragedia griega”. Ese momento marca su declive como cantante y como amante, ese amor imposible la derrumbó tanto anímica como físicamente y no demoraría en morir a los 53 años.
María por Callas es un retrato introspectivo muy bien documentado de lo que fue la vida de la mujer más carismática del bel canto , una diva que desarrolló un rango de voz extraordinario al interpretar las notas de las óperas más famosas del mundo.
La cinta fue nominada como mejor película europea para la 33 edición de los Premios Goya 2019.