por Gonzalo Padilla
[av_dropcap1]L[/av_dropcap1]olo, el hijo de mi novia (Lolo, Francia, 2015) es una película dirigida y protagonizada por Julie Delpy, en la que se relata la vida de Violette, una mujer parisina exitosa en su trabajo pero que está lejos de triunfar en el amor.
En un viaje con su mejor amiga a una provincia francesa, tiene un romance con un hombre muy ordinario, Jean- René Graves (Dany Boon) del que se queda enamorada. Ambos deciden continuar la relación en París, pero Violette pronto se da cuenta de que antes de poder salir con alguien, tendrá que obtener la aprobación de Lolo, su hijo adolescente: un joven zafio y maquiavélico que hará hasta lo imposible por terminar su relación.
Lolo, el hijo de mi novia, es una comedia francesa que aplica la ya muy establecida fórmula del “rico conoce al pobre” que plantea el contraste radical entre los dos estilos de vida para hacer reír a personas de cualquier clase social.
Aunque ya es flagrante la influencia del cine estadounidense de comdia en el cine universal, esta cinta logra mostrar ese toque francés que la hace un filme particular y digerible a pesar de estar plagada de clichés.
Las locaciones son maravillosas y nos transportan a ese París sin defectos del que gozan los privilegiados. Las actuaciones son aplaudibles, en especial la de Julie Delpy, quien nos hace sentir su frustración al no encontrar el amor y la de Vincent Lacoste quien, en el rol de Lolo, nos orilla a odiarlo desde el momento en el que empieza a sabotear la relación de su madre con su nuevo novio.
El final es predecible, pero al ser una comedia ligera, se perdona. Cuenta con puntadas medidas y bien colocadas lo cual nos deja pasar un rato agradable.
Si buscas una película para pasar un buen rato y disfrutar de unas deliciosas palomitas, esta es una excelente opción.