Actualización: El nieto de Ed y Lorraine Warren, Chris McKinnell comentó en su Facebook que la noticia es falsa.
Al parecer, la muñeca Annabelle escapó de la vitrina en la que estaba cautiva en el Museo de los Warren. No hay nada confirmado, sólo rumores pero las redes están encendidas por este asunto.
Así pues, el hecho de que uno de los objetos más peligrosos del mundo paranormal ande suelto por ahí, constituye un extra a estos tiempos funestos en los que vivimos. Claro, si es que uno cree en ese tipo de cosas.
Hace varios días, Warner lanzó un video de broma –con la muñeca de la cinta, no con la original–, que giraba en torno al supuesto: ¿Qué está haciendo Annabelle durante la pandemia? En este audiovisual se podía ver a la muñeca en las oficinas de los estudios New Line sentado sin ningún ser humano alrededor a quien poder hacerle maldades, por lo que tuvo que ocupar su tiempo en sacar fotocopias de su rostro, hacerse palomitas y meterse a la sala de proyecciones de la empresa y disfrutar de una película.
Ya veremos si es verdad que la verdadera Annabelle escapó o si sólo es un ardid publicitario para darle promoción al Museo de los Warren o alguna nueva película.
El mito de la verdadera Annabelle
El mito de Annabelle está basado en sucesos que fueron reportados como reales por Ed (1926-2006) y Lorraine Warren (1927-2019), como se cuenta de alguna manera en la película El conjuro, en los años 70.
La historia se puede encontrar en el sitio web de los Warren. Una madre compró una muñeca de trapo (Raggedy Ann Doll) para su hija Donna, quien estaba a punto de graduarse como enfermera.
Poco después del regalo comenzaro a pasar cosas extrañas: Primero, notaron que la muñeca cambiaba de posiciones, era algo sutil, hasta que luego la encontraban en otros lugares del cuarto donde la habían dejado, pero un buen día Annabelle comenzó a cambiarse de cuartos. Incluso dicen que la susodicha podía escribir.
La familia llamó a un espiritista quien reportó que la muñeca tenía buenas intenciones y quería quedarse con ellos. La familia accedió pero pronto descubrieron el engaño: Annabelle era un ente maligno que comenzó a atacar a la familia.
Cuando las cosas se pusieron peores, llamaron a los Warren, quienes pudieron contener a la muñeca y sacarla de la casa. Pero la historia no termina ahí: Una vez con la muñeca en su poder, durante el trayecto a su casa, los frenos del vehículo donde iban fallaron y casi pierden la vida.
Ya con la muñeca en casa, descubrieron que ésta comenzaba a levitar, por lo que hicieron un estuche especial, una vitrina de cristal capaz de contener sus “embates”.
Y al parecer funcionó más o menos bien… y es que posteriormente la muñeca hizo algunas cosas a varios visitantes que llegan a ver a los Warren y a su Museo de lo Paranormal en Connecticut: Quienes osaban insultar o burlarse de la muñeca, estuvieron involucrados en accidentes fatales o perdieron la vida.
Según su página web, los Warren dedicaron su vida entera (más de 50 años) a tratar con fuerzas demoníacas. Ed era demonólogo, mientras que Lorraine una médium. Ambos se dedicaban a atender casos de entidades malignas que lastimaban psicológica y físicamente a sus víctimas, entidades que están en la tierra para oponerse al trabajo de Dios. Por otro lado, también ayudaban a espíritus a trascender a otro plano.
Los Warren creían que las manifestaciones paranormales podían medirse de alguna manera, por lo que su trabajo no sólo fue apoyado por personas que trabajan en el ámbito de lo sobrenatural, sino también con cierto tipo de científicos que pensaba podía encontrar explicación científica a los fenómenos llamados paranormales.
Fue por todo lo anterior que la pareja fundó la Sociedad para la Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra en 1952, ahora presidida por Tony Spera.
La historia “verdadera” de la muñeca puede leerse en el sitio de los Warren: www.warrens.net.