El director británico Guy Ritchie está de regreso con The Gentlemen, su nueva película gánster que, fiel a su estilo acción-comedia, entrega una historia por momentos confusa, cargada de crimen, grandes actores y diálogos divertidos.
Michael Pearson (Matthew McConaughey) es un traficante estadounidense de marihuana bien posicionado en Inglaterra que está en la encrucijada de vender o continuar con el negocio que construyó desde joven, y que ahora favorece principalmente a los ricos y poderosos.
La legalización de la planta y las nuevas regulaciones traerán dinámicas comerciales renovadas en las que ya no encaja Pearson, un hombre que viene desde abajo, que tiene las manos manchadas de sangre, y que advierte que el mercado necesitará de rostros con pasados limpios y reputaciones ejemplares.
La trama se detona alrededor de este planteamiento y de los enigmáticos socios de Michael Pearson, encabezados por el millonario Matthew Berger (Jeremy Strong), que tratan de sacar la mejor tajada del pastel.
Paralelamente, una conversación entre el investigador privado Fletcher (Hugh Grant) y Raymond (Charlie Hunnam), el brazo derecho de Michael, revela a cuentagotas detalles de las personas que quieren destruir a la organización delictiva.
En la larga conversación, Fletcher, contratado por el editor del periódico Daily Print, Big Dave (Eddie Marsan), busca sobornar a Raymond con todo tipo de evidencias, fotografías y un guion cinematográfico que pondría en jaque los planes de Michael. La relación entre ambos personajes es la más interesante y constituye el hilo conductor de la enredada narrativa.
Muchas de las escenas parecen tener códigos ocultos para confundir al espectador y evitar que descifre el rumbo de la trama. Los diálogos entretenidos y los chistes con sello británico marcan el ritmo de la cinta, que después de algunos momentos desconcertantes, se convierte en un agradable viaje al estilo Guy Ritchie.
A estas grandes actuaciones se suma el irónico papel de Colin Farrell, quien interpreta al coach deportivo de un grupo clandestino de raperos y maleantes. Como personajes complementarios están la esposa de Michael, Rosalind Pearson (Michelle Dockery), y un capo de la mafia china de nombre Dry Eye (Henry Golding).
Lamentablemente, la actuación de Matthew McConaughey es aburrida y sin emociones, porque no transmite la fuerza y el poder del personaje principal que, a pesar de ser el jefe de la mafia, no tiene control sobre su propia organización, posiblemente una falla de libreto, y McConaughey nos ofrece una plana interpretación con escasos destellos de grandeza.
Por su parte, las secuencias de acción y violencia quedan a deber, se sienten exageradas y poco relevantes, así como los arcos narrativos de todos los personajes que no sufren cambios ni alteraciones.
The Gentlemen es un proyecto que recupera al propositivo director Guy Ritchie de Lock, Stock and Two Smoking Barrels, Snatch y RocknRolla, con la misma fórmula cinematográfica y la energía audiovisual de estas obras.
Sin duda, se agradece el regreso al estilo que le funciona mejor, lejos de propuestas alternativas de grandes estudios como su última película Aladdín, el remake live action de Disney que, para muchos, quedará en el olvido.
