Basado en en un cuento de John Ajvide Lindqvist, escritor de la estremecedora novela de vampiros Déjame entrar (2007), Criaturas fronterizas (Border, Suecia, 2018) es un extraño y siniestro cuento de hadas, adaptado a la pantalla por el propio Lindqvist de la mano de Abbasi e Isabela Eklöf.
Tina (Eva Melander) es una agente aduanal que sobresale gracias a su poderoso sentido del olfato. Es capaz de identificar las emociones de las personas sólo con olerlas y, por ende, detecta el temor o la culpa en aquellos que tratan de contrabandear mercancía.
A pesar de sus logros laborales, su apariencia física le dificulta la vida. El rostro de Tina está visiblemente deformado debido a lo que ella piensa que es un defecto cromosómico. Aunque procura permanecer alejada de la gente, tiene una relación muy especial con los animales y vive con un hombre abusivo que no la ama.
Hasta que un día, Vore (Eero Milonoff) se aparece por la aduana. Este hombre libre y fanfarrón presenta las mismas deformidades físicas que Tina. Lo que hace que ella se cuestione todo en su vida y comience a entender su verdadero lugar en el mundo. Poco a poco, Vore y Tina se enamoran, hallando, el uno en el otro, el apoyo que les había faltado durante toda su vida.
Ligado a este encuentro, Tina destapa una red de traficantes de pornografía infantil que la llevará a encarar lo más lúgubre de la naturaleza humana.
Además del fantástico guion, el filme se sostiene con las excelentes actuaciones. Eva Melander proyecta a la perfección el dolor interno de ser deforme, mientras que Eero Milonoff tienta a Tina para que acepte su naturaleza. La cinta perdería fuerza sin la química que muestran los dos histriones.
Con Criaturas fronterizas, Ali Abbasi crea una experiencia onírica plagada de sombras. Éste es un cuento que nos muestra la otra cara de la fantasía y el folclor con gran originalidad.