por Daniel Villamil
Han pasado poco más de 20 días desde que Thanos invadió la tierra, y los héroes sobrevivientes aun no saben cómo lidiar con su primer y más dolorosa derrota. Afortunadamente han encontrado la manera de rastrear el paradero del Titán Loco y de inmediato preparan un contraataque, con el cual esperan traer de regreso a todos los desaparecidos provocados por el “chasquido” en Wakanda.
Así comienza una de las mejores películas de Marvel Studios, y una de las mas ambiciosas en la historia del cine en la que los hermanos Russo debían enfrentar el difícil reto de cerrar los cabos sueltos de Infinity War (2018), superar en tamaño y espectacularidad las batallas previas, además de cumplir con la agenda de lo políticamente correcto (inclusión, #metoo, no destruir ciudades, etc), y lo más difícil: cumplir con las expectativas de los fans.
Parecía algo imposible, pero, así como Thanos logró juntar las gemas del infinito, los Russo logran, en poco mas de tres horas, cumplir con todo lo propuesto.
Si bien la película tiene dos cabos sueltos en su guion —uno puede arreglarse en una siguiente película y el otro en una de las series de Disney+—, y una falta de ritmo a la mitad de la cinta, el resultado final es asombroso, todas las tramas iniciadas desde Iron-Man (2008) tienen un cierre coherente.
Uno de los puntos destacables de la cinta son las actuaciones, especialmente las de Chris Hemsworth (Thor), Robert Downey Jr (Iron-Man) y Chris Evans (Capitán América).
Hemsworth nos muestra nuevamente que puede transitar por la furia, la alegría y la tristeza de manera natural; sus reacciones nunca se sienten forzadas. En esta cinta, el actor muestra una gran evolución, y es que cuando lo vimos levantar el Mjolnir por primera vez, dependía más de su carisma que de su talento.
Por su parte, Downey Jr, quien ha sido el estandarte del MCU desde el inicio, pasó de hacer una gran interpretación de Tony Stark a una caricatura de sí mismo. Afortunadamente en Endgame, el histrión nos recuerda que tiene gran calidad actoral, la cual le ha valido un par de nominaciones al Óscar (Chaplin, 1993, y Una película de guerra, 2009).
El tercero es quien más sorprende, y es que si bien desde la primera vez que usó el escudo del Capitán América demostró que había entendido a la perfección el carácter del personaje en los cómics, Evans ha transitado por una constante evolución de tal manera que esta cinta, no pudo ser opacado por Downey Jr: al final, el personaje de Evans se muestra como el líder indiscutible de los Avengers. Su actuación está al nivel de la de Christopher Reeve como Superman.
Con Avengers: Endgame, Marvel Studios cierra uno de los experimentos mas arriesgados en la historia del cine: un estudio sin experiencia intentando crear una franquicia con superhéroes menos conocidos que los de su competencia, con base en un universo compartido, es decir, un universo en donde todos deberán convivir y cuyos destinos están entrelazados.
El secreto de Marvel Studios para el éxito radica en su capacidad para replicar en su universo cinematográfico la fórmula de los cómics que radica en contar la historia de un súper héroe de manera individual pero cuyo desarrollo afecta a otros personajes; además de que lograron mantener una trama amigable en cada película para quienes no habían visto la cinta anterior o no estaban muy familiarizados con todo el universo, al tiempo que entregaban “recompensas” para todos los que sí vieron las películas anteriores. De esta manera lograron crear una base de fans mayor a la que lee cómics y que rivaliza en tamaño con la de Star Wars, The Lord of the Rings y Star Trek, algo impensable hace una década.
Once años después, Endgame cierra de manera satisfactoria el ciclo iniciado con Iron Man: complace a todos los fans y constituye una gran película de acción para todos los espectadores que por primera vez vieron una película de Marvel.
1 comment
Excelente artículo y comparto la opinión, una película muy esperada que cumplio con la altas expectativas que se le tenían.