Reseña del primer episodio de la serie It: Welcome to Derry, un spin off basado en la novela It de Stephen King. Disponible en HBO Max.
El capítulo inicial de la It: Bienvenidos a Derry (It: Welcome to Derry) contiene un par de escenas que son brutales por lo explicito de su violencia y lo que simboliza. El horror gráfico quizá no supera a varias cintas de terror de corte independiente, pero en el contexto de una serie comercial, resulta sumamente disruptivo. Así pues, para platicar sobre esto debo decir que habrá varios spoilers.
La historia tiene lugar en el pueblo de Derry en 1962, y comienza con la desaparición de un niño cuasi adolescente llamado Matty. Al principio lo encontramos en el cine, viendo una cinta sin haber pagado boleto. Cuando el pequeño es descubierto, consigue huir de las salas con la ayuda de su amiga de color, Ronnie, cuyo padre es uno de los trabajadores del lugar.
Matty consigue escapar y posteriormente lo vemos caminar por la carretera a las afueras de Derry pidiendo aventón. Una familia compuesta por padre, madre y dos hijos (niño y niña adolesdentes) lo recoge. Matty parece vivir una situación familia tóxica, al parecer no tiene a dónde ir pero está convencido de que cualquier lugar es mejor que quedarse en Derry.
En un inicio todo parece normal, pero conforme avanzan, los sujetos del coche parecen ir enloqueciendo poco a poco. La cereza en el paste es el siguiente evento;. la madre de la familia esta embarazada, de pronto, el bebé dentro de su panza comienza a moverse como si fuera un alíen. Aterrorizado por el pandemónium que está presenciando, Matty pide salir del coche. Pero obviamente sabemos que eso no ocurrirá. Lo que tampoco sabíamos es que el supuesto bebé es como un pequeño demonio con alas que sale del cervix de su madre de una manera muy gráfica que resultan no sólo aterradora sino shockeante.
Meses después conocemos un poco más sobre Matty: resulta que efectivamente vive en un ambiente familiar sumamente difícil; es un buen chico pero no tiene amigos. Los chicos de la escuela con los que se junta son “contratados” por su madre, quien les da dulces a cambio de que le hagan compañía a su hijo.
Los susodichos son dos chicos llamados Teddy y Phil. A ellos hay que sumar a una niña llamada Lilly, de quien Matty está enamorado pero no correspondido. Ella se siente pésimo por haber lastimado su corazón. Lilly tiene una historia de terror, resulta que su padre fue asesinado de manera horrible. Y ella, con toda razón, ha estado batallando mental y emocionalmente con su trauma.
Cierta noche, Lilly escucha la voz de Matty por el ducto del drenaje… desconcertada busca a Teddy y a Phil para platicarles del asunto. Al principio no le creen, pero esa noche, Teddy vive una experiencia aterradora en el que la lámpara de su cuarto empieza a cobrar vida: pareciera que está hecha con piel del rostro de un ser humano y que dicha piel está gimiendo de dolor mientras resplandece. Luego de esto, la perspectiva de Teddy cambia. Phil le cree a Teddy y ambos se reúnen con Lilly para ir en busca de Matty. A los chicos se les unirá Ronnie, quien fue la última persona en ver a Matty con vida.
Los chicos no alcanzan a dimensionar el peligro en el que están por meterse y hay que decir que Pennywise no tendrá clemencia.
A la par, tenemos la historia del Mayor Hanlon, un piloto de la Fuerza Aérea estadunidense que enfrentará el racismo de la época mientras trata de hacer su trabajo en una base de Derry. La relación con las desapariciones de niños o con Pennywise no es clara todavía.
El final del primer episodio nos dejará en shock, no sólo por la violencia gráfica que exhibe sino porque su falta de piedad nos arrebatará muchas de las certezas que teníamos sobre la serie y nuestros personajes principales.
El proyecto de Andy Muschietti (quien dirigió la versión de Eso de 2017), comienza con el pie derecho y con un fuerte statement que deja claro que el terror será implacable y que nadie estará a salvo.
