por Montserrat Pérez Bonfil
Definamos el guion
A veces, la definición de los conceptos se encuentra más fácilmente si nos cuestionamos cuál es la función y el objetivo de la materia a definir.
En el caso del guion, por ejemplo, esta técnica es útil para encontrar tanto la definición de guion como la tarea del guionista. Por eso, comenzaremos tratando de dar respuesta a las siguientes preguntas:
- ¿Para qué sirve un guion?
- ¿Cómo se crea?
- ¿Es una obra literaria?
- ¿Busca ser publicado?
- ¿Es una obra terminada?
- ¿Cuál es el objetivo del guionista al escribirlo?
Si respondemos a estos cuestionamientos, podemos, quizá, encontrar que un guion cinematográfico es la herramienta base para que un grupo de profesionales, comandados por un director de cine, lleve una historia a la pantalla. En ese sentido, Gerardo de la Torre lo define como “aquello que queremos que se vea y que se oiga” (2005, 4).
Por otro lado, hay que decir que el guion cinematográfico no busca ser una obra literaria y que su objetivo principal no es ser publicado —aunque esto puede ocurrir si la película que surgió de él se vuelve una obra de culto o material susceptible de ser estudiado (práctica que se da con mayor frecuencia cada día).
Partiendo de esto, ¿cuál sería tu definición personal de guion cinematográfico?
Carriere y Bonitzer lo definen como “Objeto efímero: no está concebido para durar, sino para desaparecer, para convertirse en otra cosa. Objeto paradójico: de todas las cosas escritas, el guion es el que contará con el menor número de lectores, acaso un centenar, y cada uno de esos lectores buscará en él su propio interés: el actor un papel, el productor un éxito, el productor ejecutivo un itinerario ya definido para el establecimiento de un plan de trabajo.” (1991, 13-14)
Para mí, el guion cinematográfico es la herramienta fundamental para la creación de una película (de cualquier formato) creada a partir de una idea y que es desarrollado por uno o varios guionistas. Además, el guion cinematográfico es una obra en transición cuyo objetivo es lograr que la palabra escrita se convierta en imagen y sonido.
Y, así, vamos avanzando, pero por el momento, tan solo hemos abierto la puerta hacia ese universo fascinante lleno de recovecos que es el cine. Y es que el cine comienza aquí, con un destello, una idea que se transforma en trama y luego, si tenemos suerte: “¡Corre cámara! y ¡Acción!”
“Las películas no se hacen en los sets, sino sentados en un escritorio”.
En este momento viene a mi mente la primera vez que fui parte de un crew de cine. No era una gran producción ni mucho menos, pero era una película y yo era una joven de 23 años que quería hacer películas.
Iniciamos la preproducción en una pequeña oficina de Los Estudios Churubusco donde yo fungía como Coordinadora de Producción y, aunque al principio no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, poco a poco fui aprendiendo sobre el gran andamiaje que hay detrás de las películas. Así, mi primera tarea fue montar una oficina: escritorios, sillas, pizarrones, paquetes de hojas por montón, highlighters, post-its, clips, perforadoras, botes de basura y una mesita con agua, café y snacks. Pero, ¿qué tiene que ver esta historia con el guion? Pues que para que alguien llegara a solicitar mis entonces inexpertos servicios como Coordinadora de Producción, un guionista pasó meses trabajando una historia con el sueño de que se transformara en película y ¡lo logró!
Y ¿para qué crees que eran esos montones y montones de hojas? pues, principalmente, para imprimir guiones:
- Guiones para que los Productores pudieran generar un presupuesto y estimar el costo de la cinta.
- Guiones para que los Asistentes de Dirección pudieran hacer un desglose o breakdown que permitiera saber a cada jefe de departamento de la película y a sus subordinados, las necesidades de producción.
- Guiones para que los scouters buscaran las locaciones necesarias.
- Guiones para que los Diseñadores de Producción imaginaran y crearan un mundo a partir de las palabras.
- Guiones para que los Diseñadores de Vestuario eligieran los atuendos para los personajes.
- Guiones para que los Maquillistas conocieran las características físicas de los personajes.
- Guiones para que los Cinefotógrafos imaginaran la iluminación de sus escenas.
- Guiones para que cada persona del crew conociera la historia que, muy pronto, estaría filmando.
- Guiones para que los actores se aprendieran sus líneas.
- Guiones para que el director pudiera aterrizar sus ideas y trabajarlas con cada uno de los departamentos involucrados en la cinta.
Pero no nos adelantemos. Éste es apenas un pequeño vistazo hacia el mundo que se abre cuando un guion tiene la suerte de llegar a ver cómo se ponen en marcha los engranes de la producción cinematográfica. Pero para llegar hasta ahí tuvieron que haber pasado muchas cosas, la principal, que alguien se atreviera a desarrollar una idea hasta volverla una película en potencia y eso es lo que vamos a aprender a hacer aquí.
La tarea del guionista
“El guionista es —por necesidad—mucho más un cineasta que un escritor.”
(Carriere y Bonitzer, 1991, 15)
Un guionista, al menos un buen guionista, debe tener, además de un gran acervo cultural, sensorial y vivencial, dominio tanto del lenguaje escrito como del lenguaje cinematográfico. A su vez, es requisito tener la habilidad de transmitir con palabras lo que se verá en la pantalla. En ese sentido, debe seguir a pie juntillas la máxima del cine que reza: “show me don’t tell me” (muéstramelo, no me lo cuentes). El escritor de cine debe ser consciente de que decir que alguien tiene frío no basta, porque el espectador no leerá el guion donde dice que el personaje tiene frío, por lo tanto, el guionista debe buscar la manera de transmitir, con lenguaje visual, ese frío.
Tú, ¿cómo lo transmitirías? ¿Cómo se leería esa escena de tu guión?
En cuanto al lenguaje cinematográfico, es muy recomendable que el guionista conozca a profundidad los aspectos formales del lenguaje audiovisual (planos, encuadres, movimientos de cámara y el significado que encierra cada uno de ellos). Un guionista habilidoso sabe cómo deslizar en el guion esos aspectos del lenguaje cinematográfico sin apelar a las especificaciones técnicas. Por otro lado, también es imperativo conocer los aspectos prácticos del funcionamiento de una producción cinematográfica ya que cada una de las palabras que escribimos se traduce en costos y necesidades de producción.
¿Cómo sugerirías en tu guion que lo que se verá en pantalla será un plano de detalle o un close up sin mencionar los planos?
Literatura vs. Cine
Frecuentemente, se cae en el error de pensar que un guionista es un escritor de menor estatura que un novelista o que tiene menor mérito, pero no hay nada más alejado de la realidad. Lo que ocurre, simplemente, es que son labores distintas pero requieren del mismo nivel de dedicación, trabajo y esfuerzo.
Robert McKee asegura que “desde la inspiración hasta la versión final puede que escribir un guion requiera tanto tiempo como escribir una novela. Los escritores de guiones y de prosa dan la misma densidad a los mundos, personajes e historias que crean y a menudo nos equivocamos al pensar que un guion es más rápido y sencillo de escribir que una novela simplemente porque las páginas de los guiones tengan mucho espacio en blanco. (…) los guionistas de películas cortan una y otra vez, implacables en su deseo de expresar lo máximo con el menor número de palabras posible. (…) Los guionistas aprenden que la clave está en economizar, que la brevedad cuesta tiempo, que la excelencia es sinónimo de perseverancia.” (2006, 20)
“En la pantalla no hay ningún lugar donde esconderse.”
(McKee, 2006, 20)
En la realización de películas, a menudo se comete el error de decir: “si esto no se entiende en mi guion, lo arreglaré filmándolo de esta o de aquella manera” y no quiero ni decirte la cantidad de veces que he escuchado a fotógrafos y directores decir en el set: “eso que no salió bien, lo arreglaremos en post”.
Temo decirte que, si tu trama tiene hoyos y si tu historia no está bien cimentada, no importa que la fotografíe Vittorio Storaro y la dirija Alfonso Cuarón, esos hoyos y esa falta de cimientos en tu historia seguirán ahí y se harán más evidentes porque brillarán a todo color en una pantalla gigante de 10 x 6 mts. Por eso, “en lugar de obsesionarnos por nuestras posibilidades de éxito, debemos dedicar nuestra energía a alcanzar lo sublime”. (McKee, 2006, 21)
Lo último que diré sobre la labor del escritor cinematográfico — por el momento — es que escribir un guion es como correr un maratón: no gana quien corre más rápido, sino quien, con paciencia y tesón, va construyendo, paso a paso, su camino hasta la meta. Además, hay que tomar en cuenta algo fundamental: no basta llegar hasta la página 90, que ya es bastante, una vez alcanzada esa cumbre, inicia la tarea de la reescritura y ésa es la que hará que tu guion alcance o no el estado sublime del que hablaba McKee.
Cada cosa en su lugar: Formatos, convenciones y tecnicismos.
Antes de entrar de lleno en la materia, hay algunos aspectos técnicos de los que me gustaría hablar para que sean tomados en consideración siempre que se escriba un guion cinematográfico.
Dentro del mundo del cine se han establecido convenciones para que la herramienta del guion funcione de manera casi universal, y que, de esa forma, todos los involucrados en la realización puedan hablar el mismo idioma.
Es importante señalar que el formato del guion cinematográfico que vamos a desglosar a continuación también es utilizado para escribir guiones de series televisivas (tan de moda actualmente), sin embargo, el formato para escribir otro tipo de programas de televisión y spots publicitarios es distinto.
Anatomía del formato de guion cinematográfico
En general, la tipografía utilizada para el guion cinematográfico es Courier de 12 puntos. Esto es debido a que las máquinas de escribir antiguas venían con esa tipografía y así se ha estandarizado hasta la fecha. Además, si seguimos todos los lineamientos de formato adecuadamente, podemos considerar que cada página del guion equivale a un minuto en pantalla, por lo tanto, si escribo un guion de 90 cuartillas, tendré una película de hora y media de duración, aproximadamente.
Aquí tienes la primera página del guion de la cinta de Guillermo del Toro, El laberinto del Fauno. Cada detalle es importante, léelo con atención para que podamos diseccionar su anatomía.
Ahora, veamos las partes:
Otra nota importante que debes saber es que la primera vez que aparece una locación, debes describirla de tal manera que el lector sepa los detalles importantes del lugar; lo mismo ocurre con los autos.
Por otro lado, la primera vez que aparece un personaje en el guion, además de describirlo y especificar su edad, se acostumbra a escribir el nombre en mayúsculas para alertar al lector de que es un personaje nuevo. Las veces subsecuentes ya podrás escribir el nombre con altas y bajas.
Y, voilà! ya tienes las directrices de formato para escribir tu guion. Aunque no está de más recordarte que cuidar la ortografía y la redacción es importantísimo para ser tomado en serio.
Algo que te facilitará la vida con el formato es utilizar algún programa especializado para ello. Entre los programas más populares puedes encontrar:
De paga:
Gratuitos:
Bibliografía:
De la Torre, G. (2005) El Guion: Modelo para armar, Ed. Ficticia, México.
Carriere, J.C., Bonitzer, P. (1991) Práctica del guion cinematográfico, Ed. Paidós Ibérica Ediciones, España.
McKee, R. (2006) El guion, Ed. Alba, España.
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