Así, calladitos y bonitos (como muchos de sus colegas), los hermanos canadienses Chad y Jared Moldenhauer decidieron perseguir su sueño y hacerlo realidad: crear un videojuego. Pero su título no iba a ser uno cualquiera.
Quién sabe cómo llegaron a ellos, pero los Moldenhauer cuentan que vieron caricaturas de los años 30 en su juventud, y que fue especialmente Fleischer Studios quien los inspiró con sus animaciones surrealistas (y muchas veces subversivas) para crear Cuphead.
Pero la historia de Cuphead va más allá: sus creadores se las vieron muy negras durante su desarrollo, por lo que tuvieron que sacar dinero hasta de las piedras y empeñar de todo para poder hacerlo realidad (algo nada diferente a la historia de otros juegos indies que han triunfado).
De hecho, la idea ya había empezado a gestarse desde el 2000 pero no prosperó por falta de recursos. Fue hasta el 2010 que los hermanos se tomaron más en serio el desarrollo y empezaron a subir a otros talentos al proyecto: contrataron a un desarrollador rumano, a un animador de Brooklyn y a un jazista de Ontario. Ah, y también a Microsoft…
¿El resultado después de 17 años? Esto:
¿Pero qué es Cuphead y por qué es el juego indie del año?
Cuphead es un juego de plataformas y acción run and gun. Esto último quiere decir que los personajes avanzan o corren mientras le disparan a los enemigos que se encuentran. El ejemplo de este tipo de juegos es Contra.
La trama nos cuenta las aventuras de un par de hermanos en forma de tacitas antropomorfas llamados Cuphead y Mugman (muy a-la-Super Mario Bros., pero también podría ser un guiño a los mismos hermanos Moldenhauer), quienes, desobedeciendo la advertencia de su anciano mentor, deciden salir al bosque a divertirse. Ahí se encuentran con un casino y entran a probar su suerte.
Como comienzan a ganar demasiado, el mismísimo dueño del casino (Satán) decide ponerles un hasta aquí, así que les pide un encarguito para perdonarles la vida: deben salir al mundo a recuperar unas almas perdidas.
Moraleja: con el Diablo no se juega… y menos cuando el que vivirá el infierno con este juego serás tú, el jugador.
Esta frase no la digo a la ligera, pues no te debes dejar guiar por lo tierno de los personajes: Cuphead es BRUTAL. Es uno de los juegos más difíciles que he probado.
¿Por qué? Primero porque 99% de los elementos de los escenarios están en contra de los “hermanos tacita”, y en un ambiente tan hostil, lo único que puedes hacer es repetir y repetir los niveles hasta que logres superarlos.
Cuphead se divide en tres áreas: los niveles horizontales, los jefes y la exploración.
En la primera, el objetivo es “sencillo”: debes recorrer el mundo de izquierda a derecha para llegar a la meta (como en Super Mario Bros.). Pero las comillas son porque todos se encargarán de hacerte la vida imposible.
En la segunda, te enfrentarás a jefes que te sacarán varias sonrisas al inicio, pero después se convertirán en protagonistas de tus pesadillas, pues son muy difíciles de vencer. Sin embargo, con el tiempo notarás que tienen algunos patrones de ataque y “etapas de desarrollo” que te harán más fácil la formulación de una estrategia para derrotarlos. Pero no te confíes porque el juego se las arregla para dar ligeras variaciones a dichos patrones con el fin de sorprenderte siempre.
En la tercera área podrás interactuar con algunos personajes amigables (el 1% restante), comprar ítems y nuevos modos de ataque. Además, podrás decidir a qué etapas entrar con el fin de ir avanzando para recuperar las almas y, al final, ver si tienes lo suficiente para enfrentarte al Príncipe de las Tinieblas.
¿Se te antojó jugar Cuphead? No lo pienses dos veces porque te va a enamorar, ya sea por su estupendo diseño de personajes, por sus animaciones hechas artesanalmente (“a la antigüita”, como dirían algunos), por su ESTUPENDO soundtrack repleto de jazz del bueno, por su trama llena de humor, o simplemente porque eres un masoquista sin remedio.
Porque eso sí: es tan adictivo que quieras o no vas a volverte masoquista. Cuphead tiene la mezcla perfecta de dificultad y mecánicas de juego sencillas que, a pesar de que te hará morir decenas o cientos de veces, te hará regresar para acabarlo, porque no hay sensación más satisfactoria que pasar ese nivel que parecía imposible o derrotar a ese maldito jefe que te hizo aventarle el control a la TV tantas veces. Sólo ten cuidado: recuerda que los controles y las pantallas no son nada baratas.
Cuphead salió el 29 de septiembre de 2017 en exclusiva para Xbox One y PC. Escucha una probadita de su soundtrack a continuación: