Chicas adolescentes patinando. Chicas hablando sobre sus deseos, tropezando con sus inseguridades, haciéndose un lugar a codazos en medio de un mundo de hombres. Chicas enamorándose de chicas y de chicos, desilusionandose de unos y otros.
Chicas peleándose con chicos, educándolos… exponiendo su torpeza, a veces su malicia y odio, pero en muchos casos, abiertos a entender el mundo de las Bettys patinadoras.
Al final, no se trata de ellos sino de ellas y de su viaje por encontrar su lugar en la vida en la ciudad de Nueva York. De eso y más gira en torno la serie creada por Crystal Moselle, Betty, disponible en HBO; una de las mejores series de los últimos años.
Las protagonistas de la historia son cinco chicas que se desenvuelven en un ambiente multicultural y de diversidad.
A la primera que conocemos es a Kirt (Nina Morna), una chica con actitud masculina que viste con playeras grandes, coloridas, shorts holgados y gorra con la visera hacia atrás. Kirt es directa, ruda y asertiva, y a veces puede parecer sumamente egoísta, pero tiene gran corazón.
Kirt vivirá una Epifanía interesante gracias a un viaje de hongos alucinógenos — este personaje en apariencia muy “básico” tiene el arco narrativo más sofisticado de la serie—, y en un abrir y cerrar de ojos, se convertirá en un gurú para los chicos en medio de esta nueva sensibilidad de un mundo post Me too. Luego, Kirt descubrirá que no es nadie para hacer que los hombres sean mejores personas porque ella no es “un mejor hombre”, y es que de entrada, se acostó la novia de uno de los chicos que la siguen para sus consejos.
Si bien no podemos decir que Kirt es la protagonista de la historia su camino parece ser la espina dorsal de la historia.
Luego tenemos a Honeybear (Moonbear), una chica sensible e introvertida; cuando la conocemos trae una cámara en mano y parece ser quien captura los momentos más brillantes del grupo. Su forma de vestir es un reflejo de su sensibilidad:de pronto tiene accesorios coquetos combinados con su colorido oufit urbano; accesorios que nos recuerdan a muñecas, juguetes u osos de felpa. En general, de pronto podemos pensar en ella como una niña en el cuerpo de una adolescente.
Durante la historia, Honeybear descubre que le gustan las chicas y se enrolla en una relación pero inevitablemente llega a sentir el peso del “qué dirán” en su familia si se enteraran. Aun así, Honeybear aceptará esta aventura y otros retos que confrontarán su relación.
Janay (Dede Lovelace) es una chica perseverante e idealista que sigue creyendo en un mundo mejor, y también en el amor luego de que uno de sus ex novios la decepcionara. A lo largo de temporada dos está a punto de entrar en una nueva relación pero las nuevas reglas post Me too no sólo afectarán a su interés romántico sino también a ella.
Indigo (Ajani Russell) es la niña rica del grupo, no tiene actitud de niña mimada sino de una chica llena de recursos capaz de salir adelante de diversas situaciones, lo cual a veces la convierte en una chica un poco temeraria e inconsciente. No siente que pertenece al entorno donde creció, entre otras cosas por diversas diferencias con su madre, pero en el grupo encuentra a una nueva familia. A pesar de esto, la crisis que enfrentará Indigo será inevitable.
Tímida, perseverante, perfeccionista y trabajadora… así es Michelle (Rachelle Vinberg). También es. un poco insegura de su cuerpo en un sentido social, aunque cuando se sube a la patineta es la más hábil de su grupo. Si bien se relaciona mas fácilmente con los chicos a nivel amistad, no es muy hábil en cuanto al plano amoroso se refiere, sin mencionar que le cuesta trabajo conectar con amigas, pero eso es algo que irá aprendiendo a lo largo de las dos temporadas.
Las chicas hacen un trabajo estupendo y cabe resaltar que no son propiamente actrices… Moselle se encontró con ellas por casualidad y quería hacer un documental pero terminó haciendo una cinta con ellas llamada Skate Kitchen y ahora esta serie. Así pues, la serie tiene una naturalidad encantadora.
El término Betty se refiere a una chica joven y hermosa. En los 80, las Bettys eran las chicas que estaban cerca de los surfers en las playas, pero no surfeaban. Posteriormente se usó para las chicas que acompañaban a los skaters. Aunque se cree que el término viene de los años 70, y que se tomó del personaje homónimo de Los Picapiedra. Según cuenta Moselle en entrevista con Refinery29.com, usar ese término para título de la serie fue una manera de reclamarlo: “Me vas a decir Skate Betty, pues entonces vamos a patinar”, lo que podría entenderse con ser algo más que una linda chica sino reclamar su lugar en términos de igualdad.
En este contexto, la serie puede llegar a pasarse de aleccionadora, aunque es entendible debido al espíritu de los tiempos donde se busca la equidad de género y más con un grupo de chicas adolescentes en pleno desarrollo de su identidad.
Ya entrados en críticas cabe mencionar que el cierre de la segunda temporada es un capítulo un tanto gris, que si bien tiene algunos momentos bonitos, no resulta ni emocionante ni inspirador; no hay cliffhangers o una situación de urgencia por ver una tercera temporada.
Aun así, el final de Betty no resulta decepcionante pero si nos hace sentir que algo nos hizo falta. La situación se agrava pues aun no se sabe si habrá una tercera temporada. Si no es así… será una lástima pues los fans merecen (merecemos) una buena temporada de cierre.
Si alguna vez patinó y su skateboard está empolvándose en un rincón, la serie le dará un empujó para volver a las andadas. Y es que bajo la filosofía de las Bettys, los trucos no son importantes, lo importante es patinar.