“Mi corazón está roto y no creo que pueda recuperarme completamente de esta pérdida. Te quiero muchísimo, Pop”. Estas son las palabras con las que Wolfgang Van Halen se despide de su padre, el legendario guitarrista de origen holandés Eddie Van Halen.
El triste fallecimiento del músico fue anunciado el 6 de octubre, y hoy, queremos rendir un homenaje a la vida de quien será recordado por los fans como uno de los guitarristas más grandes de la historia.
Edward Lodewijk Van Halen, mejor conocido como Eddie Van Halen, nació en Ámsterdam en 1955, y cuando tenía siete años, se mudó junto con su familia a Pasadena, California, en Estados Unidos. Tanto Eddie como su hermano mayor, Alex, llevaban la música en sus venas y crecieron en el mejor ambiente para desarrollar su talento: Jan Van Halen, su padre, era clarinetista, saxofonista y pianista, y procuró que sus hijos tuvieran acceso a educación musical de la mejor calidad con el experimentado pianista clásico soviético Stasys Kalvaitis.
A los hermanos Van Halen les iba muy bien en sus clases de música: Eddie, de hecho, fue considerado en su momento como un chico prodigio del piano. Sin embargo, tanto él como Alex encontraron otro camino para dar rienda suelta a sus notables habilidades musicales, un camino que verdaderamente resonaba con ellos: el rock. Fue entonces cuando Eddie se interesó en la batería y Alex en la guitarra, hasta que descubrieron que el instrumento de uno le venía mejor al otro y decidieron invertir roles. Una decisión excelente.
En 1972, los hermanos formaron una banda llamada Mammoth, a la que dos años más tarde deciden cambiarle el nombre para convertirla en Van Halen: el apellido tiene una fuerza particular y Alex y Eddie lo sabían. A partir de entonces, específicamente desde el 74, la banda cuenta con una alineación que fue testigo de años llenos de éxito: David Lee Roth como vocalista, Eddie en la guitarra, Alex como baterista y Michael Anthony Sobolewsky en el bajo.
Desde sus primeras presentaciones en pequeños recintos y clubes nocturnos a lo largo de Pasadena, Van Halen se convirtió en una banda bien conocida y querida por una base de fans cada vez mayor, que no tardaría en llamar la atención de un ejecutivo de Warner. El estallido de su éxito llegó en 1978, después del lanzamiento de su álbum debut homónimo, Van Halen: el sonido inmensamente potente de canciones como “Running With The Devil” y “On Fire” pronto consagró a la banda como una de las más llamativas en la escena del heavy metal.
Después de lanzar más materiales de larga duración (algunos más exitosos que otros), llega el año de 1984 y con él, un nuevo álbum del mismo nombre. Fue entonces cuando Van Halen alcanzó la cima de su éxito comercial: 1984 que ya tenía un sonido distinto y más cargado de sintetizadores, incluía canciones que pronto se hicieron increíblemente populares, tales como “Jump” y “Panama”.
No obstante, es inevitable que los egos y talentos choquen eventualmente dentro de las bandas y en Van Halen no fue la excepción: a mediados de los ochenta, el vocalista David Lee Roth abandonó el grupo debido al recrudecimiento de las tensiones con el resto de los miembros.
En el lugar de Roth, Sammy Hagar se unió a la banda, y después de cinco exitosos discos y un altercado con los hermanos Van Halen, decidió abandonar el grupo en 1996. Tres años después, la banda entra en un periodo de inactividad que no terminaría sino hasta 2011, cuando David Lee Roth se reincorporó definitivamente a la banda y esta grabaría su último disco A Different Kind of Truth (2012), esta vez con el hijo de Eddie, Wolfgang, en el bajo.
Es un hecho que el éxito de Van Halen se debe a un conjunto de varios factores; sin embargo en el aspecto musical, es necesario reconocer que buena parte de la magia de la banda (si no es que la mayoría) se debe a Eddie: nadie puede negar que su virtuosismo y talento en la guitarra fueron una constante a lo largo de la historia de la banda.
El músico es una referencia educativa obligada para cualquier aficionado o profesional de la guitarra eléctrica: Eddie Van Halen es considerado el maestro precursor del tapping, una técnica que consiste en percutir la cuerda contra el mástil para lograr sonidos con ambas manos. La manera en que Eddie ejecutaba el tapping era explosiva y memorable: ver y escuchar “Eruption” es una experiencia que deja helado y electrifica a cualquier amante de la música.
Sin embargo, en la historia de Eddie hay un lado oscuro, el cual está relacionado con un constante abuso de los límites del cuerpo. El músico no dudaba en hacer maniobras arriesgadas sobre el escenario, las cuales lo llevaron a desarrollar una osteonecrosis crónica que lo llevaron a una cirugía de reemplazo de cadera.
Eddie también se enfrentó al alcoholismo y el abuso de otras sustancias, situación de la cual no se rehabilitó sino hasta 2008. Era una parte desafortunada de su proceso creativo, según según sus propias palabras: “Usaba el alcohol y la cocaína para el trabajo. La coca te mantiene despierto y el alcohol baja tus inhibiciones. Estoy seguro de que hubo logros musicales que no hubiera alcanzado si no hubiera estado en ese estado mental”, declaró alguna vez en entrevista a Billboard.
Por supuesto, esta forma de trabajar trajo sus consecuencias. Eddie batalló con enfermedades graves como el cáncer de lengua, la diverticulitis y, con el cáncer de garganta que fue la causa de su muerte, con sesenta y cinco años. La música perdió a un verdadero ídolo. Sin embargo, el nombre de Eddie Van Halen permanecerá no solamente en los corazones de quienes lo conocieron de cerca, sino de todos los melómanos que vibraron con emoción con sus canciones.