por Leonardo Ponce
[av_dropcap1]A[/av_dropcap1]nima, el tercer disco en solitario de Thom Yorke, es una explosión de experimentación electrónica en la que escuchamos al cantante alejarse de las guitarras y ritmos de baterías convencionales para sumergirse en un frenesí de texturas electrónicas. El álbum salió el 27 de Junio y está acompañado por un corto de Netflix del mismo nombre.Anima no es fácil de escuchar y requiere de cooperación por parte del escucha, lo cual podría alejar a muchos.
La temática como siempre es la soledad y aislamiento del ser humano en el mundo moderno (paradójicamente usando a la tecnología para comunicar su mensaje), con lo cual crea una experiencia sensorial que abunda en misterio y delicadeza. Anima nos pide que dejemos nuestras preconcepciones de lado y nos lancemos al abismo sin mirar atrás.
Las canciones producidas por su viejo amigo Nigel Godrich nos sumergen en un mundo que es tan enigmático como es hermoso, como lo ejemplifica “Twist”, una canción de casi siete minutos que empieza con un ritmo breakbeat sobre el cual Thom canta una melodía tranquilizadora y cuando pensamos que la canción ha dado todo lo que tiene que dar, casi a la mitad , entra un piano que nos transporta a un ambiente nostálgico que no pudimos haber anticipado. Esta es una descripción que aplica al disco en general, se trata más sobre espacios sonoros que de lo que conocemos propiamente como canciones
Algo que Thom Yorke descubrió cuando salió el disco The Bends (de su banda Radiohead) es que cuando él como compositor inyectaba a su arte las partes más íntimas de su subconsciente, era cuando la gente mejor conectaba con su música. Pareciera que en este nuevo proyecto fue concebido con esta idea en mente.
El disco está acompañado de una pieza visual dirigida por el cineasta Paul Thomas Anderson. El corto muestra a Thom Yorke navegando por escenarios surreales y luchando a contracorriente de un mar de personas que bailan al ritmo de coreografías modernas, un tanto extrañas, al ritmo de los frenéticos beats de su música.
La apuesta visual es sobre todo estética más que narrativa, y apoya de manera brillante el concepto sonoro del disco que está lleno de ritmos insistentes que contrastan con las dulces melodías del cantante. Ese contraste tiene su culminación al final del corto cuando vemos suceder una danza que simula un coqueteo al ritmo de la canción Dawn Chorus en un sublime espectáculo. Esta canción, es genialidad pura y es quizá el momento más memorable de todo el disco.
Anima es una especie de apéndice en la discografía del cantante y multiinstrumentista Thom Yorke, que sucede como un respiro entre sus múltiples proyectos y un testimonio de que cada vez, Thom siempre encuentra maneras de conmover y de expandir su propio universo artístico, uno que nos resulta tan extraño pero a la vez tan familiar.